Cuando gran cantidad de personas se desvelan por las noches pensando en cómo llegar a fin de mes, otros se empeñan en convencernos de que el dinero no da la felicidad. Y lo hacen contándonos sus experiencias personales.

La última en hacerlo ha sido Carlie Rogers, que en su día se convirtió en la ganadora más joven de  un premio millonario en  las loterías de Gran Bretaña.

Sucedió cuando tan solo contaba con 16 años, al ser agraciada con un premio de 1.9 millones de libras. Según el relato que ahora publica el Daily Mail, estos millones se convirtieron casi en «una maldición» para esta joven, que abandonó su trabajo y se gastó gran parte de la fortuna en fiestas, drogas, operaciones de cirugía estética y regalos.

Han pasado ya diez años, y ahora Carlie Rogers tan solo tiene en su cuenta corriente unas 2.000 libras, y ha dejado atrás varios intentos de suicidio. Ahora que ya no es millonaria afirma sentirse «una persona más feliz», Con 26 años está haciendo prácticas en su nueva profesión, la de enfermera, mientras trabaja en una tienda de rebajas. Vive en una modesta casa de tres dormitorios en Workington, Cumbria, y la comparte con su pareja Paul, un bombero de 34 años, y su hijo Blake.

A la hora de recordar su vida como millonaria Carlie cree que «era demasiado dinero para alguien tan joven, porque incluso cuando piensas que no te va a cambiar la vida, al final te la cambia». Tras su experiencia personal dice que «el convertirme en millonaria casi acaba conmigo, pero ahora soy mucho más fuerte».