El atentado se presentó en el municipio del Charco, en el departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador y las autoridades responsabilizaron a presuntos rebeldes que operan en la región.
Una de las víctimas resultó con heridas en las extremidades superiores e inferiores y una segunda perdió uno de sus oídos por el impacto de la onda expansiva.
Las autoridades calificaron de “atroz y aberrante” la utilización de “perro bomba”, para atentar contra una de las estaciones policiales del departamento de Nariño.
Las investigaciones están dirigidas hacia las milicias del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
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