Siete meses después de que su historia fuera conocida en toda España, esta madre valenciana posa para la revista Interviú mostrando sus encantos escondida en una peluca negra y enfundada en un body con transparencias.
El caso de Emilia Soria llegó a los medios de comunicación a pocas semanas de ir a la cárcel. El juez la condenó por gastar 193 euros en un supermercado con una tarjeta de crédito que se encontró en la calle. Un hecho que nunca negó, pero cuyo precio consideraba excesivo dadas sus circunstancias económicas.
Finalmente, su dueña retiró los cargos y 200.000 personas firmaron una petición por su indulto, que el Gobierno le concedió. «Es como si me hubiera tocado la lotería», aseguraba al conocer la noticia. Así finalizaban varios años de recursos, en los que además había rehecho su vida y tenía una hija más.
«No creo que en la cárcel me hubieran mandado a un módulo de respeto, como a Bárcenas. Allí puede estar tranquilo con sus millones», afirma en la entrevista de la revista. «Si han indultado a jueces, a kamikazes asesinos y a banqueros, no sé por qué no lo iban a hacer conmigo», añade.