Y sin embargo Zanib Khan, 27 años, ejercía como si tal cosa de funcionaria de prisiones en la cárcel HMP de Brixton, poderosamente atraída por ese mundo sórdido que ahora tendrá ocasión de conocer también desde el otro lado de los barrotes.
Zanib Khan, rebautizada como 'la carcelera erótica', ha sido condenada a 12 meses de prisión menor por infringir gravemente el código de su profesión e intimar al menos con cuatro presos, aunque la policía sospecha que pudieron haber sido siete.
En el domicilio que compartía con sus padres en Londres fueron encontradas varias cartas subidas de tono y firmadas por dos conocidos traficantes de droga, Daryl Smith y Timothy Iyegbe, que cumplían condena en Brixton y con los que se supone mantuvo una estrecha relación epistolar y telefónica.
El fiscal del caso, Robin Du Preez, no descarta que existiera también un posible magreo entre barrotes, aunque la ex carcelera lo ha negado a través de su abogado Anand Beharylal: "El contenido sexual de las cartas es pura fantasía; mi defendida no ha mantenido relaciones con los presos".
'No puedo pensar en otra cosa'
"Nena, pienso en nuestro primer beso y en cómo no quería que acabara", le llego a escribir sin embargo Timothy Iyegbe. "Te podría haber estado besando todo el día... Básicamente, quiero ponerme más cachondo contigo. Quiero ver sus pequeños pies en el aire mientras hacemos el amor".
"No puedo pensar en otra cosa que en el día en que salga de estas puertas y me encuentre con mi bella chica", le escribe Daryl Smith. "Te amo tanto, todo lo que hago es pensar en ti. Acabo de pensar en cómo sería abrazarte mientras beso tu cuello y tu bello cuerpo".
El caso de la 'carcelera erótica' saltó sin embargo a los papeles por un tercer preso, Jason Graham, en cuyo poder fue encontrado un teléfono móvil con el número personal de Zanib Khan, a la que se acusa de haberlo introducido ilegalmente en la prision de Brixton. La policía comprobó que otros tres presos llamaban frecuentemente al mismo teléfono alegando que se trataba de familiares o amigos. En total, la carcelera llegó a hablar más de diez horas con sus fantasiosos "amantes" entre rejas.
Su verdadero novio, Wahid Khalique, estaba entre tanto cumpliendo condena en otra prisión por robo. Zanib Khan no había comunicado a sus superiores ni este incidente, ni el del encarcelamiento de su propio padre, apenas 12 días antes de que ella misma entrara a trabajar en la cárcel de Brixton.
La carcelera fue detenida en enero del 2011 en la casa familiar de East London y ha estado en libertad condicional de entonces. Zanib Khan acudió al juicio con un ceñido traje gris y con botas de piel vuelta. No se esforzó en ocultar su rostro ante las cámaras, aunque no pronunció palabra durante todo el juicio. Al juez David Higgins no le tembló la voz a la hora de dictar sentencia a 12 meses de cárcel para la joven ex carcelera, por "grave incumplimiento" de su deber como funcionaria de prisiones.
Relaciones demasiado estrechas
La noticia ha tenido un gran eco mediático, amplificada por el estudio que esta misma semana ha presentado el diputado conservador Philip Davies: "Más de 120 funcionarios de prisiones han sido disciplinados en los últimos 33 meses por mantener una relación demasiado estrecha con los presos... No todas las relaciones inapropiadas son sexuales, pero es cierto que los presos son muy manipulativos y pueden aprovechar relaciones físicas para obtener algún favor a cambio y poner en riesgo la seguridad de toda la prisión".
Hasta 1980, las funcionarias de prisiones trabajaban únicamente en instituciones femeninas. Hoy por hoy, sin embargo, unas 500 de las 6.000 funcionarias trabajan en cárceles masculinas –incluidas las de máxima seguridad- y no existe apenas regulación para evitar el contacto directo (salvo la prohibición de que los registros de seguridad sean realizados por guardas del otro sexo).
En el 2010, la carcelera y madre de dos hijos Giselle Woodford saltó a la fama por su relación con el preso Jonathan Forrest, de 21 años, con quien llegó a hacer el amor en la celda y con quien protagonizó una tórrida escapada a un motel de carretera cuando él estaba aún el libertad vigilada con un brazalete electrónico.
Otra funcionaria de prisiones, Kelly-Anne McDade, fue condenada a 30 meses de prisión tras haber tenido un hijo con un preso. Otro caso notorio, recordado estos días por el Daily Mail, fue el de la voluntaria de prisiones Alice Belton, de 23 años, que introdujo ilegalmente varios móviles en la prisión de la isla de Wright, practicó el 'sexting' con los presos y les mandó fotos eróticas.