“Vamos a ayudar, tal y como estamos haciendo ahora. Les proporcionamos armas, colaboramos en el ámbito económico. Espero que también habrá más cooperación humanitaria, en particular, en forma de suministros de ayuda humanitaria a la población civil que se ha visto en una situación muy difícil”, dijo.
EEUU y sus aliados planean lanzar contra Siria una operación militar en respuesta al ataque químico del 21 de agosto cerca de Bagdad que, según la inteligencia estadounidense, causó más de 1.400 muertos y del que Washington acusa al régimen de Bashar Asad.
Rusia insiste en que las conclusiones de expertos sobre el uso de armas químicas en Siria sean presentadas al Consejo de Seguridad de la ONU, el único organismo capaz de autorizar el uso de la fuerza en las relaciones internacionales.