La famosa cadena norteamericana Abercrombie & Fitch vuelve a estar en el punto de mira. Esta vez (una vez más), por las discriminaciones que por parte de la empresa han sufrido muchos de sus trabajadores, quienes están presionados y obligados a seguir unos estrictos códigos de vestimenta que les obliga a quitarse colgantes y pulseras, sobretodo por no mostrar símbolos religiosos, algo que a muchos exepleados ha molestado.
La firma americana tiene incluso una guía de estilo para decir como deben llevar la ropa y que clase de prendas vestir según la edad. Entre las norma de A & F también está la de contratar a jóvenes chicos y chicas que cumplan con unos requisitos físicos que sexualizan las tiendas.
Se han conocido casos esta semana que la firma ha negado el empleo a mujeres musulmanas que solicitaban el puesto y cumplían con los requisitos a excepción de este. O incluso, empleadas contratadas que desempeñando sus funciones durante meses se han encontrado con la orden fulminante de quitárselo o ser despedidas.
El presidente ejecutivo de la firma estadounidense está además obsesionado con todos los detalles de sus tiendas, hace poco tiempo se preguntaba en una entrevista «¿Cómo se ve una tienda? ¿Cómo se siente ? ¿Cómo huele? Eso es con lo que estoy obsesionado». No se les permite utilizar el color negro, hay un libro de peinados «aceptables» e «inaceptables».