Para el mandatario ruso, merece respeto el derecho de cualquier minoría “a ser diferente”, pero tampoco se puede cuestionar el “derecho de la mayoría”.
“Sin los valores fundamentales del cristianismo y de las demás religiones globales, sin las normas de la moral que se han ido formando a lo largo de milenios, la gente perderá su dignidad humana”, advirtió.
El presidente recordó que Rusia es un país multiétnico y multiconfesional y recalcó “que la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Rusia son incondicionales”.
“Poniendo en tela de juicio el aspecto multinacional de Rusia, explotando el tema de nacionalismo y separatismo, ya sea ruso, tártaro, caucásico, siberiano o cualquier otro, nos rebelamos contra nuestro propio código genético y, de hecho, empezamos a autodestruirnos”, dijo.