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Miércoles, 02 Octubre 2013 03:17

Hitler ofreció la paz a Churchill en 1941 Destacado

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En la noche del 10 de mayo de 1941, se produjo uno de los episodios más sorprendentes y rocambolescos de la Segunda Guerra Mundial: el viaje secreto del lugarteniente de Hitler, Rudolf Hess, a Gran Bretaña.

Un pasaje que ha estado siempre envuelto en el más absoluto misterio, bajo la versión de que aquella no fue más que la misión solitario de un loco desquiciado con afán de protagonismo.

Sin embargo, el historiador británico Peter Padfield revela en su último libro evidencias que demuestran que Hess llevaba un tratado de paz detallado de Hitler, en el que el «führer» ofrecía retirarse de Europa occidental, a cambio de que Gran Bretaña se declarase neutral ante el inminente ataque que los nazis tenían planeado realizar sobre Rusia.

Una teoría que desmontaría la versión oficial de que Hess había iniciado los preparativos de su viaje en secreto, para evitar que su plan se filtrase a Hitler, quien, supuestamente, desconocía por completo los planes de su lugarteniente.

Padfield, que previamente ya había publicado biografías de Hess, Himler y Karl Dönitz, ha revelado un documento de la época en el que un informante aseguraba que él y otros germanoparlantes fueron llamados por los servicios de inteligencia británicos para traducirle a Churchill el tratado de paz de Hitler. Según el historiador británico, que no especifica su nombre, el informante era un académico que trabajó para una de las universidades más importantes de Gran Bretaña, y que antes de morir redactó dicho documento en el que explicaba cómo el grupo de traductores se reunió en la sede de la BBC de Londres, para llevar a cabo la tarea que se le había encomendado.

Un tratado para Churchill

El académico contaba en el documento que Hess traía con él un detallado tratado de paz compuesto de varias cláusulas escritas en papel de la Cancillería alemana. Aunque incluía una traducción al inglés, los británicos quisieron tener su propia traducción del original alemán.

Las dos primeras páginas del tratado informaban con precisión de los planes de Hitler para invadir Rusia, obteniendo previamente un juramento de neutralidad por parte de Gran Bretaña, bajo el compromiso por parte de los nazis de retirarse de Europa occidental. De esta forma, Hitler podría mantener intacto su independencia, su Imperio y sus fuerzas armadas. El tratado proponía un estado de «Wohlwollende Neutralitat», traducida como «neutralidad de buenos deseos» entre Gran Bretaña y Alemania. El informante incluso aseguraba que la fecha del ataque de Hitler a Rusia era revelada.

«Esto no fue un complot de su lugarteniente. Hitler había enviado a Hess con un tratado de paz completamente desarrollado, según el cual Alemania evacuaría todos los países ocupados del oeste de Europa», asegura el historiador en «The Telegraph». En este sentido, Padfield cree que el tratado fue rechazado de inmediato por Churchill, ya que tiraban por tierra sus esfuerzos de conseguir que Estados Unidos entrara en la guerra y destruía la coalición de formada entre los gobiernos europeos exiliados.

¿Quién va a creerme?

Por supuesto, cuando Hitler supo que su misión había fracasado, despidió a Hess alegando que se trataba de un agente corrupto que le había traicionado realizando aquel vuelo sin su permiso. Aunque según la versión oficial, y de acuerdo con la narración que hizo años después Albert Speer, al día siguiente de que Hess había sido capturado, el «führer» dijo: «¿Quién va a creerme de que Hess no ha actuado en mi nombre, que todo lo ocurrido no es algo concertado a espaldas de mis aliados?».

No se hace mención alguna del tratado en ninguno de los archivos oficiales que ya se han hecho públicos hasta el día de hoy, pero Padfield cree que se debe a que este hecho se ha encubierto durante décadas para proteger la reputación de estas figuras históricas.

«Churchill podría haber aceptado la oferta, pero hizo una elección moral. Estaba convencido de que Hitler, en quien no se podía confiar, no se saldría con la suya. Quería que los Estados Unidos entraran en la guerra para derrotar a Hitler», explicaba el historiador británico.

Rudolf Hess fue encarcelado por los británicos hasta el final de Segunda Guerra Mundial, momento en el cual fue devuelto a Alemania para ser juzgado en el juicio de Nüremberg. De allí fue enviado a la prisión de Spandau , donde murió en 1987. Las autoridades dijeron que se había suicidado, aunque su hijo y algunos historiadores defienden que el Gobierno británico lo había asesinado para proteger sus secretos.

 

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