El piloto fue trasladado urgentemente a un hospital, donde murió por causas que aún se desconocen. El pasajero, del que sólo ha trascendido el nombre (John), ha logrado que su proeza dé la vuelta al mundo.
"Lo más importante era lograr que no le atenazara el miedo, porque si no podría haber acabado estrellándose con la avioneta", declaró a la BBC Roy Murray, uno de los tres instructores de vuelo que ayudaron al pasajero desde la torre de control de Humberside.
"No tenía experiencia de cómo pilotar una aeronave, ni conocía el plan de vuelo", agregó Murray. "Ni siquiera tenía luces, y estaba volando a ciegas. Y lo peor es que se estaba haciendo de noche y la visibilidad era cada vez más escasa".
Una vez logrado el propósito inicial,mantener la calma, Murray le fue explicando al pasajero el proceso de aterrizaje. Tras localizar el aeródromo, a 40 kilómetros de donde despegaron, el pasajero empezó a descender y necesitó cuatro maniobras de aproximación antes de decidirse.
Todos los vuelos con destino a Humberside fueron desviados durante una hora y los bomberos y las ambulancias esperaron a pie de pista. A las 19,40, hora local, la avioneta logró finalmente tocar tierra a trompicones y con un frenazo. Aun así, un aterrizaje relativamente aceptable teniendo en cuenta la condición de novato del improvisado piloto.
"La avioneta dio varios saltos en la pista y tocó el suelo con el fuselaje", relató el controlador aéreo Stuart Skyes. "Saltaron chispas, sonó como si hubiera chocado con algo y finalmente se paró".
El piloto real, cuyo nombre no ha sido revelado, fue trasladado urgentemente en una ambulancia al hospital local, donde falleció por causas que no se han facilitado. Superado el trance, el pasajero testificó ante la policía local, que está investigando el caso antes de poder calificarlos como «no sospechoso».
El Mundo