Devi tiene un hijo más, Mandira, de siete años, que también padece la misma enfermedad, aunque debido a su edad todavía no se ha sometido al mismo tratamiento que su madre y hermanos. Todos ellos viven en un pequeño pueblo nepalí, desde donde se han tenido que desplazar a la capital para recibir el tratamiento.
Se trata de una enfermedad congénita, que es transmitida de madre a hijos. Aunque no tiene cura para las formas de hipertricosis congénitas, sus efectos pueden ser reducidos a través de la depilación. Aunque este tratamiento puede tener efectos adversos, como dermatitis o hipersensibilidad.
Este es el resultado tras el tratamiento