Durante el oficio religioso en el estadio de fútbol de Johannesburgo, se pudo ver al mandatario riendo y charlando animadamente con la bella y rubia Helle.
A su lado, la primera dama de Estados Unidos, Michelle, observaba con cara de enfado las confianzas y risas entre su marido y la política danesa.
Tras aguantar unos minutos de charla y varias fotos de recuerdo, Michelle Obama cambió de asiento y se situó entre los dos mandatarios.