Desde las 80 millas baja ahora una línea equidistante que le entrega a Perú soberanía marítima sobre un espacio que había controlado Chile durante siglos.
Mientras en Lima los negociadores y analistas destacan que el país que interpuso la demanda en 2008 celebra esta ganancia, en Santiago, capital del país que no tenía nada que ganar excepto mantener el status quo, analizan las consecuencias que tiene el fallo sobre que la principal actividad económica en la región, la pesca, cuyos recursos más importantes habrían quedado en las 80 millas que mantiene Chile bajo su control.