A las 18.00 hora local (16.00 GMT) terminó el plazo que el Servicio de Seguridad y el Ministerio del Interior de Ucrania dieron a la oposición para que pusiera fin a los disturbios en la capital.
Varios miles de manifestantes provistos de adoquines, palos y cócteles molotov, rompieron hoy el cordón policial en la calle Grushévskaya y consiguieron llegar hasta las inmediaciones del edificio de la Rada Suprema, el Parlamento del país, en cuyo interior se celebra una sesión para discutir la posibilidad de restablecer la Constitución de 2004. La oposición demanda limitar los poderes del presidente, Víctor Yanukóvich, bajo cuyas órdenes fue modificada la Carta Magna de hace diez años para reforzar sus prerrogativas.
Desde la plaza de la Independencia, el Maidán, la multitud subió por la calle Institúskaya con la intención de aproximarse lo más posible a la Rada. En el cruce con la calle Shelkovíchnaya trataron de sortear las barreras instaladas por los antidisturbios, quienes emplearon gases lacrimógenos y balas de goma. No lejos de allí era atacada con piedras y cócteles molotov y después ocupada la sede del Partido de las Regiones, el que encabeza Yanukóvich. El líder de UDAR, el boxeador Vitali Klichkó, ha pedido la retirada de las unidades antidisturbios del centro de Kiev.
Al menos nueves personas han muerto en los desórdenes que estallaron este martes en la capital ucraniana, según fuentes sanitarias. mientras los heridos ascienden a 150 entre los manifestantes y a 47 entre las fuerzas del orden.
Un total de 95 agentes han sufrido lesiones por parte de los manifestantes en el día de hoy.: 23 de ellos están graves, 21 recibieron impactos de bala.
Los cuerpos sin vida de dos personas han aparecido delante de una estación de metro en el extremo sureste de la plaza de la Independencia de Kiev, epicentro de las manifestaciones antigubernamentales, según ha informado un fotógrafo a Reuters.
Precisamente el metro de Kiev fue cerrado «por amenaza de atentado terrorista» en medio de los violentos enfrentamientos entre manifestantes opositores y fuerzas antidisturbios.
El metro de la capital ucraniana permanecerá cerrado «hasta la estabilización completa de la situación», ha señalado un portavoz del metro, citado por medios locales.
Según numerosos testimonios, todas las estaciones están abiertas tan solo para dejar salir a los pasajeros, mientras que la entrada está prohibida.
Además de las enmiendas constitucionales, las tres principales formaciones opositoras, Batkívshina (Patria), la Alianza Democrática de Ucrania por las Reformas (UDAR) y Svoboda (Libertad), continúan exigiendo la convocatoria de elecciones presidenciales y legislativas.
Ayer lunes entró en vigor la ley de amnistía que fue aprobada el mes pasado tras unas difíciles negociaciones con el poder. Las conversaciones condujeron también a la dimisión del primer ministro, Mikola Azárov, y a la derogación de las leyes “represivas” adoptadas el 16 de enero. El domingo fue entregada a las autoridades la sede del Ayuntamiento de Kiev.
Las protestas en la capital ucraniana estallaron a finales de noviembre después de que el Gobierno anunciara su intención de no firmar el Acuerdo de Asociación negociado con la Unión Europea. Ayer fueron recibidos en Berlín por la canciller alemana, Angela Merkel, los líderes de UDAR, Vitali Klichkó, y Batkívshina, Arseni Yatseniuk, quienes obtuvieron nuevas muestras de apoyo, aunque no luz verde de Alemania, por ahora, a la imposición de sanciones contra la cúpula ucraniana.