Este estadounidense había estado las últimas semanas ingresado en el Centro Médico Universitario de Las Vegas a causa de varias infecciones derivadas de su diabetes y, al final, los dos ataques al corazón sufridos en los últimos días han podido con su vida.
Ahora son muchos los que lamentan su pérdida. Especialmente quienes trataron con él, como el canal británico «Channel Four», que decidió ayudar a Warren el pasado verano dando a conocer su historia con un documental sobre su vida y su particular calvario, en el que además filmaron la operación de trece horas de duración a la que se sometió para acabar con su gigante linfedema escrotal.
Wesley Warren apenas ha podido llevar una vida normal. Sus gigantes testículos, de 60 kg de peso, le impidieron siempre tener un trabajo, una familia o ir a comprar al supermercado. Solía usar camisetas como pantalones y llevaba siempre un cabestrillo improvisado en el escroto para facilitar su movilidad.
«Llamo la atención donde quiera que vaya», reconocía en el documental. «Hay una gran cantidad de personas que se ven y se ríen o me miran en estado de ‘shock’», aseguraba harto de una situación imposible de sobrellevar. «Es casi como estar en la cárcel. No sé cuánto tiempo más tengo que vivir así».
Sin ingresos y sin apenas ayudas, el UC Irvine Medical Center decidió operar a Warren de forma gratuita. La intervención estaba valorada cientos de miles de dólares que el paciente jamás podría reunir.