La terapia ha supuesto que los dos sanitarios hayan pasado a ser enjuiciados por cargos de lesiones, pero para Romano –de 45 años–, la solución a su disfunción no es menos problemática que su caso anterior. El nuevo desorden le ha supuesto insoportables dolores durante más de un mes en el que, por periodos impredecibles, sufría erecciones que se prolongaban durante un tiempo más largo del habitual.
Para el paciente, el período de convalecencia fue una pesadilla y una vez curado decidió denunciar a los médicos que le trataron. Los dos especialistas están acusados de «incompetencia y negligencia por no informar adecuadamente al paciente de que el tratamiento podría inducir una erección prolongada y dolorosa», según Attilio Pisani, fiscal encargado del caso.
ABC