Viven rodeados de cacao pero nunca han probado el chocolate. Los recolectores de Costa de Marfil perciben unos siete euros diarios y una simple tableta de chocolate queda lejos de su alcance por su elevado precio.
Son empleados de la plantación de cacao Alfonse, retratados por las cámaras de la cadena pública holandesa VPRO. Su trabajo consiste en recabar las mazorcas de los llamados cacoteros, vaciarlos y vender los granos que una vez refinados servirán para fabricar el chocolate. «Para ser honesto diré que no sé que es lo que hacen luego con las semillas que yo recolecto. He escuchado que lo usan para dar sabor a su cocina», explica uno de los agricultores. Costa de Marfil es el primer productor mundial de cacao, una industria que mueve billones de dólares para que en occidente podamos disfrutar de este manjar.
En las imágenes el periodista les ofrece por primera vez una onza de chocolate. «No sabía que el cacao era tan dulce y tan sabroso», asegura el agricultor con una sonrisa en la boca. Luego comparte el tesoro recién descubierto con sus compañeros. «Ya sé porque los occidentales están tan saludables», dice uno de ellos.
ABC