El Papa Francisco anunció que suspendió la prohibición para beatificar al arzobispo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero.
Durante varios años, la Iglesia Católica bloqueó el proceso al estar preocupada de que el arzobispo Romero tuviese ideas marxistas.
El arzobispo es recordado por denunciar las injusticias cometidas en los años previos al conflicto armado que sufrió El Salvador durante doce años (1980-1992) y que dejó un saldo de 75.000 personas muertas, 8.000 desaparecidos y 12.000 lisiados.
Fue además un ferviente defensor de la Teología de la Liberación, una interpretación de la fe cristiana desde la perspectiva de los pobres.