La medida supone una victoria para varios medios de comunicación que llevan meses reclamando judicialmente las grabaciones y, a la vez, responde a una denuncia del preso sirio Abu Wa'el Dhiab, que se queja que las autoridades no terminan de liberarlo después que decidieron no enjuiciarlo.
La orden de la juez Gladys Kessler especifica que antes de entregar a la prensa los vídeos las autoridades militares deben editarlos y borrar los rostros de todos los guardianes y militares que aparecen en ellos dejando solamente a la vista el de Dhiab. Sin embargo, la decisión no especifica un plazo para proceder a la entrega.
Uruguay ha aceptado recibir al detenido sirio, ante la imposibilidad de ser devuelto a su país, pero el mandatario uruguayo José Mujica no ha tomado aún la decisión de cuando lo recibirá junto a otros cinco detenidos.