El cohete Antares, pilotado a distancia, tenía previsto transportar más de dos toneladas de material a la Estación Espacial Internacional, donde hay ahora seis astronautas. Se trata del primer accidente desde que la NASA empezó a subcontratar a empresas privadas para llevar material a dicha plataforma. El último accidente mortal de la NASA es el del transbordador espacial estadounidense Columbia, que se desintegró en 2003 tras entrar en la atmósfera, acabando con la vida de sus siete tripulantes.
El Antares también llevaba 700 kilos de material para experimentos científicos, entre ellos una investigación para analizar químicamente meteoritos. La carga total del cohete era un 15% más pesada que en anteriores misiones. En su cuenta de Twitter, Orbital Sciences informó, sin entrar en detalles, de que tuvo lugar una “anomalía en el vehículo” al despegar en la isla de Wallops, muy cercana a tierra continental.
Chris Tolton, que presenció la explosión de lejos, aseguró a la cadena de televisión CNN que el cohete se inclinó a la izquierda al despegar. El lanzamiento estaba previsto el lunes, pero se pospuso un día después de que un bote navegara en una zona restringida de seguridad cercana.
Orbital Sciences, que tiene sus instalaciones en esa isla, es una de las dos compañías subcontratadas por la NASA para transportar material a la Estación Espacial Internacional, un complejo internacional en el que participan 15 países, que orbita a unos 420 kilómetros de la Tierra. El lanzamiento del martes iba a ser el tercero de los ocho concedidos a la empresa por un contrato de 1.900 millones de dólares, al que hay que unir otro anterior de prueba. Era el primer lanzamiento nocturno del cohete Antares.
La otra empresa subcontrada es Spacex, que ha efectuado tres lanzamientos de doce acordados en un contrato de 1.600 millones de dólares. Tras finalizar en 2011 el programa de lanzamiento espacial de EE UU, la NASA empezó a analizar concesiones a firmas privadas. En 2010 una de Spacex fue la primera nave espacial privada en hacer un viaje de suministro a la Estación Espacial Internacional.
El accidente de este martes puede suponer un duro golpe al negocio espacial privado. Hace un mes, la NASA anunció la concesión de un contrato de 4.200 millones de dólares al fabricante de aviación Boeing y de 2.600 millones a Spacex para trasladar astronautas estadounidenses a la Estación Espacial Internacional, en lo que se conoce como taxis espaciales. La previsión es que el primer transporte de un astronauta sea en 2017. Actualmente, solo Rusia provee dicho transporte.
ABC