Megumi Igarashi, de 42 años, supuestamente había mostrado una obra "obscena" en un sex shop de Tokio y enviado los datos 3D de sus genitales a otras personas.
Fue detenida a principios de diciembre y ha estado detenida desde entonces.
Había sido arrestada previamente en julio pero fue puesta en libertad más tarde tras una apelación legal y la presión popular.
Chica mala
garashi, que usa el sobrenombre Rokudenashi-ko (chica mala en japonés), se declaró inocente.
En la corte leyó una declaración ya preparada. "Mis obras son pensadas para inducir a una risa amigable porque muestran órganos sexuales decorados de forma bonita. No son obras obscenas".
Las leyes japonesas contra la obscenidad prohíben representar los genitales, que son difuminados en las imágenes y retransmisiones de los medios de comunicación.
Si es concenada, Iragashi se enfrentaría a una pena de cárcel de hasta dos años y/o a una multa de hasta 2,5 millones de yenes (US$20.750).
Debate
Igarashi ya fue noticia en medios internacionales en julio cuando fue arrestada tras recaudar fondos en la web para hacer un kayak con forma de vagina usando una impresora 3D.
Fue puesta en libertad tras varios días después de que 17.000 personas se sumaran a una petición para liberarla, alegando que su obra era arte y no una obscenidad, según informa Japan Times.
Pero la policía la volvió a detener el 3 de diciembre basándose en motivos similares.
Su caso ha suscitado un debate en Japón sobre si las leyes de obsenidad japonesas equivalen a una censura.
Los corresponsales en el país asiático informan que la opinión está dividida. Algunos japoneses abogan por que la representación de penes y vaginas sea permitida.
BBC