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Sábado, 06 Octubre 2012 14:59

El ex mayordomo del Papa, condenado a un año y medio de cárcel Destacado

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Paolo Gabriele (centro) escucha la sentencia. | Reuters

"En nombre de Su Santidad Benedicto XVI, gloriosamente reinante, invocada la Santísima Trinidad, en base a los artículos 402, 403.1 y 4040.1, declaramos al acusado, Paolo Gabriele, culpable".

Un año y medio de reclusión y el pago de las costas del juicio: esa es la pena a la que ha sido condenado Paolo Gabriele, el ex mayordomo de Benedicto XVI. El hombre que durante seis años fuera ayuda de cámara del Papa ha sido declarado culpable de un delito de sustracción de cosas dejadas o expuestas a su custodia y de abuso de la confianza depositada en él por razón de su cargo, y le han condenado por ese motivo a tres años de prisión.

Pero Gabriele se ha beneficiado de varias atenuantes. Los tres jueces han tenido en cuenta a la hora de dictar su fallo que no tiene antecedentes penales, el buen servicio que había prestado anteriormente, su arrepentimiento y el hecho de que actuara erróneamente pero movido por su buena fe.

Por todo ello, le han rebajado la pena a 18 meses de cárcel. A la espera de que el tribunal comunique cuándo se hará efectiva la pena, el ex mayordomo del Papa, seguirá en arresto domiciliario, según ha revelado su abogada, Cristiana Arru. "Es una buena sentencia", ha asegurado la defensora del ex ayuda de cámara de Benedicto XVI.

En su intervención final ante el tribunal, Paolo Gabriele se ha proclamado esta mañana inocente del cargo de robo y ha asegurado que si filtró documentos reservados de la Santa Sede fue por su profundo amor hacia la iglesia y a la Papa. "¿Se siente culpable o inocente?", le preguntaron los tres jueces antes de retirarse a meditar su sentencia. "Lo que siento con fuerza dentro de mi es la convicción de haber actuado por exclusivo amor, diría que visceral, por la Iglesia de Cristo y por su jefe visible. Lo repito: no me siento un ladrón".

Alegato final

En su alegato final, el fiscal vaticano pidió que Gabriele fuera condenado a tres años de cárcel y que fuera inhabilitado de manera perpetua para ocupar cargos en oficinas públicas en las que pudiera tener acceso a información sensible.

En su intervención final ante el tribunal, Paolo Gabriele se ha proclamado esta mañana inocente del cargo de robo y ha asegurado que si filtró documentos reservados de la Santa Sede fue por su profundo amor hacia la iglesia y al Papa. "¿Se siente culpable o inocente?", le preguntaron los tres jueces antes de retirarse a meditar su sentencia. "Lo que siento con fuerza dentro de mí es la convicción de haber actuado por exclusivo amor, diría que visceral, por la Iglesia de Cristo y por su jefe visible. Lo repito: no me siento un ladrón".

La defensora del ex mayordomo, por su parte, declaró que Gabriele no había cometido ningún robo, ya que tenía acceso a los papeles en cuestión y permiso de sus superiores para fotocopiarlos. Porque recordemos que el único delito del que estaba acusado el ex ayuda de cámara de Benedicto XVI era de robo agravado.

Respecto a la filtración al exterior de esos papeles, la abogada ha admitido que el mayordomo no actuó correctamente. "El suyo es un acto condenable e ilícito, pero fruto del mal que creía en el Vaticano", ha destacado la abogada, recordando que Gabriele siempre ha afirmado que si filtró los documentos del Vaticano al periodista Gian Luigi Nuzzi fue por su afán de lograr que con que se hiciera 'limpieza' en la Santa Sede.

"Gabriele ha actuado por una motivación moral que espero que un día será reconocida e incluso premiada. No quería dañar a la Iglesia sino ayudarla. Se dio cuenta de que el Papa no estaba suficientemente informado sobre lo que ocurría y actuó empujado por su fe profunda y por el mal que veía", destacaba Arru.

La abogada del ex mayordomo del Papa también ha descartado que hubiera un complot o maquinación detrás de la fuga de documentos de la Santa Sede, indicando en ese sentido que el mayordomo actuó solo. También el fiscal ha descartado la existencia de cómplices.

"No han surgido pruebas de que hubiera otras personas involucradas, y el propio Gabriele ha negado tener cómplices", subrayaba el acusador del Vaticano, el fiscal Nicola Picardi, añadiendo que aunque las pericias psicológicas han revelado que el ex mayordomo del Pontífice es un "personaje altamente sugestionable" eso no demuestra que tuviera cómplices.

Los jueces no han necesitado mucho tiempo para deliberar su sentencia contra Gabriele, que como se esperaba ha sido de condena. Al fin y al cabo el hombre de durante seis años formó parte del círculo más íntimo de Benedicto XVI (léase la llamada 'familia pontificia'), que ayudaba al Papa a vestirse, que le abría la cama, que le servía las comidas y que muchos días se sentaba a su mesa había reconocido haberse llevado del despacho del Papa numerosos papeles y cartas confidenciales.

Además, y por si fuera poco, durante el registro de ocho horas llevado a cabo en su apartamento por miembros de la gendarmería del Vaticano fueron confiscadas 82 cajas de presuntas pruebas contra él, incluidos más de un millar de documentos (entre originales y fotocopias) propiedad del Papa.

Ahora se espera que 'el Cuervo', como ha sido bautizado el mayordomo, será agraciado con el indulto del Papa. Para empezar porque el perdón es algo que la Iglesia siempre ha predicado, y ahora tiene una ocasión perfecta para ponerlo en practica.

Además, Gabriele se ha mostrado arrepentido -durante el juicio se ha declarado culpable "de haber traicionado la confianza del Papa", al que asegura querer como un hijo a un padre- y hace ya meses que a través de una carta le solicitó indulgencia a Benedicto XVI. No está claro es cuándo el Pontífice mostrará su benevolencia y perdonará a su ex mayordomo, pero podría hacerlo hoy mismo.

Sin embargo, la inmensa mayoría de los expertos considera que la condena de Paolo Gabriele no cierra el Vatileaks, el escándalo de documentos que ha sacado a la luz las corrupciones y luchas internas que tienen lugar en el Vaticano.

El propio mayordomo había confesado durante un interrogatorio en la cárcel que en total eran 20 las personas implicadas en la trama, aunque durante el proceso se ha retractado y ha dicho que actuó sin cómplices y que lo único es que se sintió 'sugestionado' a airear los entresijos más sucios del Vaticano ante los comentarios y quejas de algunas personas, incluidos dos cardenales de los que ha dado nombres y apellidos: Paolo Sardi y Angelo Comastri. "Aténgase, por favor, a los cargos de los que se le acusa", le frenó en seco el presidente del tribunal vaticano que lo juzga, Giuseppe Dalla Torre.

Con la condena (y el posible posterior indulto) del mayordomo del Papa, el Vaticano seguramente dará el carpetazo definitivo al Vatileaks. A pesar de que Gabriele sólo ha sido juzgado por robo de documentos y no por los delitos más graves que se esconden detrás del Vatileaks -como por ejemplo, el de violación de la seguridad del Estado- la Santa Sede no tiene mucho interés en seguir hurgando un caso que tanto daño ha hecho a su imagen pública. Además, si Gabriele es indultado por Benedicto XVI no tendría mucho sentido que el Vaticano volviera a sentarle en el banquillo por un delito relacionado con el que ya le ha valido la gracia del Pontífice.

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