En rueda de prensa, siete de los 27 jóvenes detenidos declararon junto a su abogada, Alejandra Cartagena, quien informó que se pedirá la renuncia del secretario de Seguridad Ciudadana de Guadalajara, Carlos Mercado, por los actos de violencia cometidos, además de que se pedirá que se retiren los cargos impuestos de manera injustificada a los manifestantes, quienes, dijo, son inocentes.
Una de las jóvenes, Evelyn, comentó la experiencia que vivió en los separos, al no recibir atención médica aun cuando estaba descalabrada, con dos heridas de dos y tres centímetros. Lo que sí recibió, relata, fueron vejaciones de parte de los policías, quienes llamaban a las mujeres "mugrosas". También le tocó presenciar una golpiza que los policías dieron a su compañero.
"En las celdas, los custodios se burlaban de nosotros, diciéndonos que éramos unos porros, acarreados; que éramos mugrosas, hippies, que no teníamos estudios".
Otra de las muchachas, Estefanía Rivera, quien porta un collarín a causa de un esguince cervical ocasionado por los golpes, declaró que cuando fue subida por la fuerza a la patrulla, nunca se supo a dónde irían, pero los policías no paraban de decirles que los iban a desaparecer.
"Nos decían que nos iban a llevar al cerro, que nos iban a llevar directo al Cereso, nos apuntaron con la pistola cuando estábamos en la patrulla (...) nos tuvieron secuestrados, no tomamos agua, no nos dejaron comer, no nos dejaron comunicarnos con nuestra familia".
Los jóvenes comentaron que los movieron de delegación en repetidas ocasiones, además de que durante horas los mantuvieron a la intemperie, expuestos al frío, sin agua ni comida.
De acuerdo con Cartagena, los hechos demuestran una notable violencia de género en contra de las mujeres, quienes fueron sometidas por los policías con violencia. De las detenidas, nueve de ellas sufrieron lesiones, por lo que se tomarán cartas en el asunto por parte del Comité de América Latina y El Caribe para la Defensa de las Mujeres (Cladem).
Ante la respuesta desfavorable de parte de las autoridades, acudirán a otras instancias nacionales e internacionales, y se trabaja en una denuncia penal en contra de los policías.
Por su parte, Cristian Gómez, relató que los policías lo golpearon y, cuando llegaron a los separos, los oficiales los llamaban revoltosos, mientras los amedrentaban con rifles en mano.
Cuando le iban a tomar las fotos para su registro, le exigieron que se lavara la cara para que no se viera la sangre. Después de ser golpeado, vio que tenía quebrados dos dientes frontales.
En general, los muchachos argumentaron que su manifestación era pacífica, y lo único que querían era expresar su postura en contra de la "imposición" de Enrique Peña Nieto como Presidente de México. También negaron haber participado en actos vandálicos.
En la rueda de prensa también estuvo presente Arcadia Lara, de la Coordinadora 28 de Mayo, quien acudió en representación de diversas organizaciones que apoyan a los jóvenes en este proceso.
Aseguró que se trató de un acto represivo que hace recordar casos como el ocurrido el 28 de mayo de 2004, los enfrentamientos en San Salvador Atenco, así como el movimiento estudiantil de 1968. Thamara Villaseñor. El Informador