La doble ejecución se registró al filo de las 11:30 horas de ayer, en el estacionamiento de un centro comercial que se localiza frente a la glorieta de la avenida Manuel Acuña y la avenida Aztecas.
Policías municipales indicaron que Ricardo y Saúl acababan de salir de un gimnasio y se encaminaron hacia una camioneta Land Rover en color blanco, de modelo reciente, que estaba debidamente estacionada. Ambos abordaron el vehículo. En ese momento llegaron dos sujetos desconocidos en un automóvil compacto, descendieron, se colocaron frente a sus víctimas y abrieron fuego en contra de ellos.
Los proyectiles rompieron el parabrisas e hicieron blanco en los cuerpos de Ricardo y Saúl. Los dos murieron de forma instantánea al recibir más de 20 impactos de bala. Consumada la agresión, los sicarios se echaron a correr, abordaron su vehículo y escaparon.
Pese a que en pocos minutos llegaron los paramédicos de la Cruz Verde, nada pudieron hacer por los hombres y sólo confirmaron el deceso de ambos.
Peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses contabilizaron más de 20 impactos de bala en el parabrisas de la camioneta y similar cantidad de casquillos percutidos de calibres .45 y .9 milímetros.
Agentes de la Procuraduría de Justicia cercanos a las investigaciones, indicaron que Saúl era socio de su hijo César Iván en el restaurante Popeye, mientras que Ricardo era el encargado del negocio.