MÉXICO, D.F. (apro).- Un escolta del gobernador de Jalisco fue víctima de la delincuencia mientras se ejercitaba en un gimnasio localizado en las inmediaciones de la casa de Emilio González.
El agente dejó su arma de cargo, una AR-15, en el interior de la camioneta que se encontraba estacionada afuera del gimnasio.
Cuando terminó de ejercitarse, el escolta –no se ha determinado si pertenece a la Procuraduría General de Justicia (PGJE) o a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP)– se dio cuenta de que una de las ventanillas estaba rota y su arma ya no estaba.
Según fuentes policíacas, el o los delincuentes no se percataron de que en una bolsa tipo cangurera el agente llevaba otra arma.