“Por la búsqueda intencionada que hemos realizado en los archivos de la Coprisjal, El Chorrito no tiene aviso de funcionamiento. Entonces, podemos considerar al establecimiento como un establecimiento que no operaba con la normatividad vigente y que se puede considerar, hasta cierto punto, un establecimiento clandestino”, aseguró.
Aseguró que no habían inspeccionado antes, porque, al no estar regularizada esta empresa por ninguna autoridad sanitaria, los protocolos impiden a la Coprisjal realizar supervisiones. Por ese motivo, El Chorrito continuaba con la venta de alcohol.
Añadió que, solo en ocasiones como la actual, donde hay una alerta sanitaria, con apoyo de la Fiscalía del Estado es como pueden actuar contra esas empresas. Detalló que, justamente, ya colocaron los sellos de suspensión en este establecimiento.
Lauro Rodríguez, NTR