Para tal reparación, esas empresas contrataron de manera verbal a un especialista en reparación de equipo industrial electrónico de alta tecnología, para que reparara la máquina de impresión COMCO en las instalaciones de esas empresas, es el caso que la reparación electrónica, eléctrica y de informática, duró un tiempo aproximado de 16 horas continuas y la máquina fue puesta en funcionamiento completo al día siguiente, y por ello Impresión y Diseño de México, S.A. e Imágenes y Soluciones, S.A. comenzaron de nuevo a producir las etiquetas, esto, después de varios días sin producir.
Mientras el especialista contratado reparaba la máquina de impresión COMCO, Ángel Bernardo Francisco Calderón Muñoz de Cote, representante legal de las empresas, no dejaba de preguntar al prestador del servicio si la máquina COMCO iba a ser reparada pronto, ya que les urgía la puesta en operación de la máquina, porque tenían varios días con la producción parada.
Juan Torrez Mata, entonces jefe de producción de Impresión y Diseño de México, S.A. e Imágenes y Soluciones, S.A. una vez que recibió la máquina de impresión funcionando correctamente y probada para la correcta impresión de etiquetas por el jefe de mantenimiento, Jorge Enrique Díaz Carrillo, aprobó y autorizó el pago del servicio de reparación, y quedó de que al día siguiente le iban a hacer al prestador del servicio el cheque del pago estipulado por la reparación hecha a las empresas Impresión y Diseño de México, S.A. e Imágenes y Soluciones, S.A..
Es el caso que después de dos años, Calderón Muñoz de Cote con pretextos se negó a pagar el servicio de reparación de la máquina de impresión marca COMCO alegando que la reparación no había sido hecha por el prestador de servicio respectivo, y ante tal negativa, el prestador de servicios tuvo que demandar en la vía civil a Impresión y Diseño de México, S.A. e Imágenes y Soluciones, S.A. y a su dueño Ángel Bernardo Francisco Calderón Muñoz de Cote. El abogado "huisachero" Luis Alberto Romero Flores de las empresas le manifestó al prestador de servicios que aceptara un pago miserable por el servicio prestado de reparación o que no iban a pagar nada, aunque pasaran años.
Durante el curso del juicio civil, Calderón Muñoz de Cote y su cuñado Luis Alberto Romero Flores, abogado de las empresas en mención, argumentaron con mentiras, que la maquina COMCO no había sido reparada por el demandante. La máquina de impresión COMCO tiene un peso de varias toneladas y unos 50 metros de longitud, y cuando se acudió a las instalaciones de Impresión y Diseño de México, S.A. e Imágenes y Soluciones, S.A. para el desahogo de una prueba de inspección judicial y pericial respecto de dicha máquina COMCO ordenada por el Juzgado Tercero de lo Civil, estos argumentaron de manera inverosímil que la máquina de impresión la habían prestado en comodato de forma gratuita a un tercero de nombre José de la Cruz N., y que la máquina supuestamente se la habían llevado a China, y que al que le había prestado la máquina se había muerto y que la máquina se había quedado en China, y que por ello supuestamente ya no estaba la máquina de impresión COMCO en las instalaciones de dichas empresas.
En el transcurso del juicio civil, Calderón Muñoz de Cote cambió de titular la licencia de giro expedida por el Municipio de Zapopan a Impresión y Diseño de México, S.A., al nuevo titular de Imágenes y Soluciones, S.A., es de aclarar que Calderón Muñoz de Cote es el representante legal de ambas empresas fraudulentas. Las huisacherías y triquiñuelas de Calderón Muñoz de Cote y del abogado Luis Alberto Romero Flores alargaron el juicio civil, ya que actuaban obstaculizando el desahogo de actuaciones y de las diligencias correspondientes en el juicio.
El Juzgado Tercero de lo Civil, después del paso de 16 años, sentenció que la máquina de impresión por flexografía marca COMCO sí había sido reparada por el prestador de servicios demandante, y condenó a la demandada Impresión y Diseño de México, S.A., a que le pagara al especialista los honorarios y los intereses moratorios de los honorarios. Pero en el caso concreto, Ángel Bernardo Francisco Calderón Muñoz de Cote y su cuñado Luis Alberto Romero Flores, para eludir el pago a que fueron condenados por el Juzgado Tercero de lo Civil, desaparecieron mediante una simulación a Impresión y Diseño de México, S.A. de las instalaciones ubicadas en el Parque Industrial Ferrán, en la calle Camino a la Base Aérea número 1002, en Zapopan.