Hablaron de cómo su felicidad por ser aceptados en uno de los círculos íntimos de García rápidamente se convirtió en una pesadilla fuera de control de violación y otros abusos sexuales que les dijeron que los llevaría a su salvación, o condenación si se negaban. “Adoraba a mi abusador”, dijo una mujer identificada como Jane Doe 4, quien sollozó mientras hablaba de García como un “monstruo”. “Me usó una y otra vez como un cordero sacrificado llevado al matadero”.

García, de 53 años, enfrentó una sentencia de 16 años y ocho meses después de declararse culpable el viernes en el Tribunal Superior de Los Ángeles de dos cargos de cópula oral forzada con menores y un cargo de acto lascivo contra un niño de 15 años. García, quien es considerado el “apóstol” de Jesucristo por sus 5 millones de seguidores en todo el mundo, luchó enérgicamente contra cargos que incluían violación infantil, hasta que aceptó abruptamente un acuerdo de culpabilidad en la víspera del juicio.

Las mujeres a las que admitió haber abusado y al menos otra acusadora se unieron en sus críticas al acuerdo de culpabilidad que ofrecieron los fiscales de la oficina del fiscal general. Dijeron que esperaban que García enfrentara un juicio con la esperanza de que fuera encerrado de por vida. Ahora esa opción se había ido y le suplicaron al juez Ronald Coen que imponga una sentencia de al menos 20 años, diciéndole que García se había burlado de la corte y les dijo a sus seguidores que solo se declaró culpable porque no estaba siendo tratado con justicia. Patricia Fusco, fiscal general adjunta supervisora, elogió entre lágrimas a las víctimas por su valentía al enfrentarse a García y sus fieles seguidores que se han unido a él y avergonzado a las jóvenes. “Confiaron en él.

Pensaron que básicamente era Dios en la Tierra”, dijo Fusco sobre las víctimas. “Sabemos, por supuesto, que él no es Dios.

Ni siquiera cerca. ... Cualquiera que todavía crea que es Dios es cómplice y está apoyando a un abusador de niños”. García, vestido con un uniforme naranja de cárcel y con una máscara quirúrgica colocada debajo de sus anteojos, no se giró para mirar a las mujeres. Se sentó erguido y miró al frente con las manos encadenadas a la cintura. Los fiscales dijeron que usó su influencia espiritual para tener relaciones sexuales con seguidoras femeninas y que fue ayudado por otros en la iglesia que prepararon a las mujeres y facilitaron el abuso. Las mujeres dijeron que las llamaban ángeles o “angelistas”, y les dijeron que eran propiedad de García.

Solo habían conocido la vida en la iglesia, orando tres veces al día, y cuando finalmente se volvieron contra García, se encontraron aislados y sufriendo en silencio. Algunos de sus propios familiares no les creyeron. “Ser llamado apóstata era lo peor de lo peor e irías al infierno sin importar qué”, dijo Jane Doe 2, quien lloró durante su declaración.

García tenía programado ir a juicio el lunes por 19 cargos que también incluían acusaciones de trata de personas para producir pornografía infantil. Un juez había desestimado cuatro cargos de extorsión y aumentos de sentencia por lesiones corporales graves por falta de pruebas. Los abogados defensores habían dicho que los fiscales estaban operando bajo una teoría legal descabellada de que García usaba la coerción espiritual para el placer sexual.

“Es una fantasía aparentemente inventada de la nada”, escribió el abogado defensor Alan Jackson en un expediente judicial. Pero los fiscales dijeron que García les lavó el cerebro a las víctimas y sintieron que la comunidad eclesiástica insular las condenaría al ostracismo si no se sometían a sus deseos. Al negar una moción de la defensa para desestimar el caso, un juez dijo que García usó la religión como “esposas invisibles” para explotar a sus víctimas.

El abuelo de García fundó la iglesia cristiana fundamentalista con sede en Guadalajara, conocida por su nombre en inglés, La Luz del Mundo, en 1926. García asumió como “apóstol” luego de que su padre, Samuel Joaquín Flores, muriera en 2014. Flores también fue objeto de acusaciones de abuso sexual infantil en 1997, pero las autoridades de México nunca presentaron cargos penales.

La iglesia ha tratado de cultivar una imagen respetuosa de la ley y trabajadora en México, donde cuenta con alrededor de 1,8 millones de seguidores.

Sus miembros masculinos prefieren trajes y cabello corto, y las mujeres usan velos que cubren su cabello y vestidos modestos. Hay alrededor de 1 millón de miembros estadounidenses.