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Domingo, 03 Marzo 2013 20:47

San Sebastián del Oeste Destacado

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En la Sierra Madre Occidental, a dos horas de Puerto Vallarta, se esconde una joyita, San Sebastián del Oeste. La tranquilidad y un pasado minero son las características principales de este Pueblo Mágico.

Sus callejones empedrados y serpenteantes nos invitan a escuchar leyendas hasta llegar a la Bufa, un mirador donde la neblina va y viene sin cesar. En dos días descubrimos una quinta que despide aroma a café, el sabor de las pizzas a la leña del Fortín, los aretitos y collares del taller de platería que nos llevamos de recuerdo, los tragos de raicilla servidos en un jarrito de barro y, después de todo esto, lo bien que se duerme en el hotel boutique de aires revolucionarios.

 

CALLEJONES
Cuando uno llega de noche a San Sebastián podría pensar que está en un pueblo fantasma. A partir de las nueve de la noche, sus 600 habitantes se guardan en casa para cenar chocolate caliente o una taza de café con leche. Lo único para admirar es su quiosco de hierro blanco forjado, con farolas de dragones y sus callejones, durante una caminata en compañía de un guía y de Zapata, un perro negro con un pañuelo atado al cuello, propiedad de todo el pueblo.

"Enchamarrados", para aguantar los 8° C que se sienten cuando el sol se va, inicia el recorrido de leyendas por las calles estrechas, empedradas, serpenteantes y solitarias. Algunas con nombre (Juárez, Lerdo de Tejada, 5 de Mayo o Madero) y otras sin él, dejan ver casitas con puertas de madera vieja, techos de teja roja o hechas de adobe.

Según la leyenda, un soldado, un ángel y una mujer con vestido blanco se pasean en estos callejones. Los tres son protagonistas de una historia relacionada con la minería. Ella, la dueña de un tesoro en plata; el soldado, el cuidador, y el ángel, protector de los dos.

De día, el aspecto cambia, las callecitas parecen alegres y dejan para la noche su parte tétrica. Rosales, orquídeas y árboles frutales le dan color y vida, así como las tienditas de abarrotes, galerías y cafeterías.

LA IGLESIA
Una barda cubierta de musgo y bugambilias rodea la morada de San Sebastián Mártir. Los frailes agustinos levantaron esas paredes de cal en el siglo XVII. Las columnas que lo sostienen fueron bañadas en oro para honrar al santo patrono del pueblo. Un incendio en 1868 provocó que el techo con envigado de madera se sustituyera por uno de concreto, hoy decorado con candelabros de cristal cortado y pintado a mano con colores vegetales. La última parte que se construyó fue la torre y el campanario.

Desde 1886 no hay día que el repicar de las campanas no anuncie a las seis en punto, un nuevo amanecer en San Sebastián. A un costado se encuentra un museo pequeño con piezas pertenecientes al grupo indígena de los tecos.

No hay que perderse las fiestas patronales cada 20 de enero. Una peregrinación desde Real del Alto, a hora y media de la localidad, con pirotecnia y estudiantinas recorriendo los callejones.

MOLIENDO CAFÉ EN EL CAMPO
Todas las mañanas, la neblina que desciende sobre San Sebastián se lleva el aroma a café que se muele y tuesta en La Quinta Mary. Diario, de febrero a mayo, don Rafael se pasea entre sus más de 100 plantas robustas para cosechar el grano. De forma orgánica y artesanal, produce 30 toneladas al año, todo depende del clima.

Antes de llevarse su bolsa de un cuarto, medio kilo o un kilo, con canela o chocolate, el visitante puede conocer el proceso de elaboración, sin costo alguno. Se pasea por el campo, el área de selección, de tostado, de molienda y empacado. También se pueden comprar dulces de café: garapiñados, barras de chocolate, rollos con azúcar y una degustación de café americano y expreso. Abre todos los días. En Cuauhtémoc 125.

MICHELADAS Y ANTIGÜEDADES
En la taberna Pueblo Mágico, de Lupe Wulff, no es raro ver una gran Virgen de Guadalupe de barro al lado de una silla con la máscara de El Santo. Aquí resalta lo kitsch, al menos en la planta baja. El local es conocido por sus micheladas, los tamales rojos (nada picosos pero con mucho sabor) y una colección de antigüedades, desde candelabros hasta retablos de 2 mil pesos.

Con una cerveza en mano, preparada con clamato solo o con camarones, uno puede recorrer el establecimiento, empezando por la repisa de figurillas de barro y corazones de latón. Unas escaleras angostas y de caracol nos llevan directo a los baúles de cuero, que ahora sirven como cajoneras y a un librero viejo. Ahí mismo se exhiben planchas de metal con algún paisaje pintado en la base. Y más allá, está la terraza, con sillas de colores.

La vista hacia la plaza y el quiosco es incomparable. Siempre hay que admirar el cielo de azul intenso con nubes aborregadas rasguñándolo. El olor a viejo del lugar contrasta con el de la cebada. También se sirve vino tinto. Es un establecimiento perfecto para refrescarse mientras se recorre el pueblo.

TALLER DE PLATA
Afuera de una vivienda con cerrojos antiguos y una cerca de madera, en el callejón Porfirio Díaz, se ve a un joven fundiendo unos gramos de plata. Se trata del taller y platería del señor Jesús Leonel. Este pequeño negocio despierta la curiosidad de todos. Un letrero de madera vieja señala que aquí hay una joyería y que las piezas se pueden hacer a la medida. Aquel joven, hijo de don Jesús, da una explicación sobre las pocas minas que sobreviven en la región. La plata que se extrae de la mina Gertrudis toma forma cuando él la selecciona a petición del cliente. En dos horas la pieza está lista. Desde 30 pesos.

 

DORMIR CON PANCHO VILLA
Llegar a la Hacienda Matel es remontarse a la Revolución Mexicana. Alrededor de un quiosco, acondicionado como jacuzzi, están las 10 habitaciones. La mejor es la Pancho Villa, con chimenea, un piano, un gran retrato del general, un reposet y una sala pequeña. Las escopetas, máquinas de escribir y los teléfonos decoran este refugio.

En el salón principal, con una gran chimenea y candelabros de cristal, se sirven los desayunos, también es el punto de encuentro para tomar un tour. Hay que dar un paseo por las caballerizas, el ruedo y el spa y, luego, esperar la noche en la terraza con una copa de vino, escuchando el crujir de la leña de la chimenea. www.haciendamatel.com

SAZÓN CASERA
La vida cotidiana del pueblo la ha pintado Sebastián Flores Guerrero, artista local, sobre las paredes de la fondita Eva María. La misma mujer atiende y cocina los platillos de la región, como el plato mixto: frijolitos, carne en chile verde, chile relleno de queso y una tostada de picadillo. Este local de la calle Hidalgo 5, era el taller de carpintería de su papá, don Raúl. A él lo encontramos a un costado de la casa haciendo puros. El tabaco le llega de varias partes, principalmente de Veracruz. Si no lo ves, pregúntale a Eva María, ella lo despertará de su siesta.

PIZZAS Y RAICILLA
El sabor y la creatividad están en los fogones de El Fortín. Los protagonistas de este restaurante-galería, a cargo de Gabriel Cárdenas, son los ingredientes regionales. Basta con probar la especialidad de la casa: una crema de huitlacoche al vino tinto, acompañada de queso roquefort. También está el pollo en salsa de tamarindo, el arroz con lima y las pizzas individuales a la leña, como la de chipotle o de aceitunas negras.

Todo se cocina de forma artesanal incluyendo las mermeladas, los aderezos y hasta las bebidas como el café y la raicilla, típica de San Sebastián. La raicilla es un destilado de agave lechuguilla, que al mezclarse con fruta como el arrayán, capulín o naranja, enamoran el paladar con su alto grado de alcohol; los amantes del tequila o mezcal ya tendrán una bebida más en su lista. El lugar también es una modesta galería de arte. Cruces de repujado, muñecas de trapo, cuadros, rompopes orgánicos y dulces de cajeta se venden desde 50 pesos. Abre de 11:30 a 22 horas.

CUANDO BAJA LA NEBLINA
Un atardecer en el Pacífico mexicano siempre merece un tiempo para ser admirado. No siempre las mejores vistas son las del astro rey reflejándose en el mar. Hacerlo en San Sebastián implica rentar una cuatrimoto en la calle Allende y ascender a 2 mil 500 metros sobre el nivel del mar, por una brecha tupida de pinos y encinos.

La terracería nos lleva al cerro de La Bufa, el mirador del pueblo con una característica peculiar. No importa la hora del día, la neblina aparece en ocasiones impidiendo la visibilidad del trayecto. Pero en segundos despeja el camino y se avanza hasta llegar a la cima. Cuando lo permite, se alcanza a ver la Bahía de Banderas. Cerca de las seis y media, el ocaso se pinta de rojo y la neblina avanza a gran velocidad emulando nubes de fuego.

HACIENDA JALISCO
Hace 170 años quien vivía en San Sebastián era porque se dedicaba a la minería. En los alrededores encontramos varias haciendas que siguen en pie, después de que las vetas de plata se fueron agotando. Es el caso de Hacienda Jalisco, construida por españoles para mantener y proteger los tesoros de las minas. Entrar a ella significa remontarse a aquellos tiempos de bonanza.

En el patio central están los restos de la yunta y a un lado el café secándose, porque aquí también lo producen. En la casa grande, dos cuartos se habilitaron para salas de exposición, con documentos, mapas y libros de contabilidad que registraron la actividad de la hacienda.

La parte superior funciona como hotel. Son tres cuartos con chimenea propia y reliquias para pasar un fin de semana o refugiarse mientras se va en busca de aves. El área está repleta de pájaros y hay tours especializados. Con cámaras fotográficas y binoculares se va a buscar chachalacas, urracas, mirlas, luises y otro tipo de fauna: armadillos y tlacuaches. Cuenta con servicio de restaurante sólo para sus huéspedes.

GUÍA DEL VIAJERO
II CÓMO LLEGAR
Interjet. Vuelo redondo México-Puerto Vallarta, desde 3 mil 481 pesos. Impuestos incluidos. www.interjet.com.mx

A San Sebastián puedes llegar en autobús desde Vallarta. Hay dos corridas por día y el costo del boleto es de 75 pesos, aproximadamente.

En auto: National Car Rental ofrece unidades desde mil 200 pesos por dos días, incluye seguro. Toma la carretera libre a Guadalajara y continúa por la desviación a Mascota. El pueblo está a dos horas, aproximadamente. www.nationalcar.com.mx

II DÓNDE DORMIR
Hacienda Matel. Habitaciones para dos personas, desde mil 499 pesos por noche, impuestos incluidos. www.haciendamatel.com

Hacienda Jalisco. Habitación para dos personas, 850 pesos con desayuno y cena incluidos. www.haciendajalisco.com

II CUATRIMOTOS
Abarrotes Durán. Renta desde 250 pesos por hora. Tel. 01 (322) 297 2836

 II GUÍAS E INFORMACIÓN TURÍSTICA
Dirección de Turismo de San Sebastián. Tel. 01 (322) 297 2938. www.sansebastiandeloeste.gob.mx

Viridiana Ramírez

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