El italiano, alto diplomático en la jerarquía católica, venía desde la Santa Sede para celebrar una fiesta litúrgica en honor a ciertos mártires canonizados meses atrás, y que eran de relevancia local. México recién había restablecido sus relaciones con la Santa Sede, interrumpidas desde hacía más de cien años de desavenencias, desde que Benito Juárez había confiscado propiedades eclesiásticas a mediados del siglo XIX.
Fue Salinas de Gortari quien logró conciliar las diferencias con el Vaticano, por lo que la visita del Nuncio Apostólico era determinante para Guadalajara. La llegada del italiano ameritaba que el Cardenal Posadas Ocampo lo recibiera en persona, y no por intermediarios.
Posadas Ocampo, acompañado de su chofer Pedro Pérez Hernández, arribó al aeropuerto en un coche Grand Marquis alrededor de las 3 de la tarde.
Lo que ocurrió después fue tan preciso que la casualidad no resulta verosímil: instantes posteriores a la llegada del Cardenal, dos hombres armados hicieron aparición de súbito, rodearon el automóvil de lado a lado, y abrieron fuego directo. Juan Jesús Posadas Ocampo y Pedro Pérez Hernández fueron acribillados a mansalva, en plena tarde, en el estacionamiento del aeropuerto de Guadalajara, y a los ojos de todo el mundo. Fue instantáneo. ¿Quién mató al cardenal Posadas y por qué?
La jerarquía católica se ha opuesto por décadas a esta explicación, y a lo largo de los años se han reanudado las investigaciones en torno al asesinato, con resultados infructíferos. Algunos medios indican que una "confusión" es improbable, considerando que al Cardenal le dispararon a poco menos de un metro de distancia, y que en realidad se trata de un crimen de Estado orquestado desde las más altas esferas del gobierno mexicano coludido con el crimen organizado.
Esta versión se ha reforzado en la cultura popular, donde en películas y series se retrata así el homicidio. El Cardenal Posadas Ocampo pudo haber tenido evidencias de relaciones entre políticos y miembros del narcotráfico, y ante su negativa de callarse, fue silenciado.
"Sin decir 'agua va', nos metieron a los baños": Testimonio de una mujer que vivió el atentado al Cardenal Testigos que se encontraban aquel día en el Aeropuerto de Guadalajara, recuerdan que había una presencia inusual de policías y de militares en la zona.
Muchos minutos antes de la tragedia, las autoridades encerraron a las personas dentro de los baños de las instalaciones, sin explicación alguna, y fue en aquel encierro donde resonó el tiroteo cercano que acabó con la vida del Cardenal.
"Eso ya estaba planeado", asegura una madre que estuvo en el Aeropuerto aquel 24 de mayo de 1993.
El Dr. Mario Rivas Souza, forense prestigiado y de renombre en la Universidad de Guadalajara, y que documentó más de 100 mil autopsias, fue uno de los muchos que contradijeron la versión histórica de los hechos, cuando, al ser entrevistado por reporteros en cuanto al "fuego cruzado", indicó que “los disparos no fueron directos… ¡fueron directísimos!”, y que al Cardenal Posadas Ocampo no se le realizó autopsia por una orden directa del Presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari.
¿Quién fue el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo? Fue uno de los cardenales más apreciados por los tapatíos, y su asesinato marcó un paradigma en aquellos primeros y turbulentos años de la década de los 90.
Según la página oficial de la Iglesia Católica, en 1987 le fue asignada la Arquidiócesis de Guadalajara, y el 28 de junio de 1991 fue nombrado cardenal de la ciudad por el mismo papa Juan Pablo II, que lamentó su homicidio en un comunicado oficial. Fue el Cardenal Posadas Ocampo quien concibió la idea original del Santuario Mártires de Cristo, que tanta polémica ha ocasionado en el transcurso de las décadas, y cuya construcción, al día de hoy, sigue inconclusa.
Junto con los años, se mantienen sin esclarecer las razones de su muerte, aquella tarde lejana de un día como hoy, hace 30 años.
Fuente: El Informador, Fausto Salcedo
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-La madre Felisa, entonces ayudante del Cardenal, comentó que días antes de la muerte del Cardenal Posadas, un helicóptero sobrevoló sobre la casa del Cardenal, a una altura casi ras de las copas de las arboles de la casa en Tlaquepaque.
-El entonces párroco de la parroquia de la Resurrección del Señor, comentó que en una cena en la que estuvo el párroco, feligreses y el Cardenal, en un hotel que está frente a Plaza del Sol, el Cardenal había manifestado que había estado en los Pinos unos días antes y que había tenido una discusión fuerte con Salinas de Gortari. Por haber comentado este públicamente el día de la muerte del asesinato del Cardenal, el párroco fue amenazado de muerte vía telefónica.
-La banda criminal que asesinó al Cardenal, estuvo hospedado en un hotel de Plaza del Sol, y el Cardenal Juan Sandoval tuvo en sus manos los documentos de la información de todas las llamadas telefónicas hechas por la banda dentro del hotel a afuera, y no lo hizo de su conocimiento a las autoridades o a los medios.
-La madre Felisa compró los asientos del automóvil que usaba el Cardenal, y encontró varias ojivas de bala incrustadas dentro de los asientos.
-Que una de las balas que recibió el Cardenal, le perforó uno de sus zapatos a la altura del tobillo.
-Que Fernando de la Sota Rodalléguez, fue ex comandante de la Policía Judicial del Distrito Federal, trabajó en secreto para la oficina de la Ciudad de México de la CIA de 1990 a 1992, y fue el encargado del Grupo de Orden y Vallas para la gira de Colosio a Tijuana, y antes, fue también el encargado de sacar a la banda criminal de las instalaciones del aeropuerto de la ciudad de Tijuana, cuando llegaron de huida a Tijuana después de asesinar al Cardenal.