Advirtió que “la Iglesia actuará con mucho escrúpulo para llegar a confirmar que, en realidad, se pueda hablar de un milagro eucarístico”. Es decir: no descarta la posibilidad de que Jesucristo se manifieste de esta forma, pero subrayó la importancia de “considerar que no se trata de algo ordinario y sencillo de discernir”, pues existen otros casos en los que “se ha comprobado la presencia del Señor de este modo”.
Explicó que en estas situaciones se procede a retirar del culto público la hostia consagrada y que el cardenal Francisco Robles ordenó una investigación “que llegue a conclusiones ciertas, para que nadie quede desilusionado, confundido, engañado o algo semejante”.
No detalló pormenores sobre el cura Castellanos.
El Informador