Dos diputados locales y unos ocho trabajadores supernumerarios de la actual Legislatura y de las dos anteriores –que pidieron el anonimato–, relataron que es común que desde un inicio, los nuevos diputados pongan en claro las reglas del juego para laborar en el Congreso: la condición es el 10% del salario quincenal. “Unos te dicen que es para el próximo proyecto del diputado”, refirió una de las fuentes que trabajó para la fracción del PRI en la 57 Legislatura. El “proyecto” de los diputados en turno bien puede ser el siguiente “hueso” o simplemente “porque se quieren llevar todo para ellos”, refirió otro empleado supernumerario de la actual Legislatura. El derecho de piso en el Congreso no respeta ni partidos ni color ni si es de izquierda, derecha o de centro. Es como una enfermedad; agarra parejo, aunque la mayoría de los diputados sufre de este padecimiento. “Mira, la verdad es que es el PRI el que más hace esto”, dijo otro supernumerario. Relató que un ex diputado priísta solicitó que su personal supernumerario no cobrara de forma electrónica. Cada quincena, los empleados que laboraban en la oficina del ex legislador del PRI, llevaban sus cheques. Los endosaban a nombre del priísta. El diputado los cobraba. Luego, él se encargaba de pagarles. “Era el 10%, a veces hasta el 50%, dependía mucho del humor del diputado”, detalló el supernumerario. Quienes sí ejercen el cobro electrónico, tienen que acudir cada quincena a dejar el diezmo en las respectivas oficinas de sus diputados. En el PRI, los empleados entrevistados señalaron al actual coordinador de la fracción, Roberto Marrufo Torres, a la legisladora Elisa Ayón Hernández, y a los hoy diputados federales Marco Barba y Sergio Chávez, como los que usualmente recurren al cobro de piso en el Congreso. En el PAN, identificaron al hoy senador, José María Martínez Martínez y al diputado local Alfredo Argüelles. En el PRD aseguraron que se trata de su coordinador, el diputado Raúl Vargas López mientras que del PVEM dijeron que se trataba de Enrique Aubry de Castro Palomino, quien ahora ocupa una curul en el Congreso de la Unión. “Eso no lo puede decir de mí nadie. Tendré muchos defectos, pero no ése”, fue la respuesta que dio Vargas López al preguntársele sobre tales señalamientos en su contra. “Al inicio de esta Legislatura, unas 30 personas que habían trabajado con Jorge Salinas (ex coordinador del PAN en la 58 Legislatura) vinieron a mi oficina y me contaron que algunos diputados de ahora, les pedían que se mocharan y que si no lo hacían durante 2 ó 3 meses, pedirían que se les diera de baja”, relató un diputado local. Otros empleados que laboraron en la fracción del PRD en la Legislatura anterior refirieron que al ex coordinador, Samuel Romero Valle, le gustaba “rasurar a todo mundo”. Aunque el personal supernumerario ocupa casi la mitad de la nómina legislativa y representa una carga enorme para el erario, la mayoría de éste es el que suele hacer el trabajo que le tocaría al personal de base, donde, dijeron, se ubica un gran porcentaje de aviadores. El descontento es cada vez más presente entre muchos de los trabajadores supernumerarios que no saben cuál será su futuro en el Congreso. Ayer, el coordinador de la fracción del PAN en el Poder Legislativo, José Antonio de la Torre Bravo, sutilmente ofreció un panorama de los supernumerarios. “Es un tema que heredaremos a la siguiente Legislatura. En el contrato que se firmó a mucho personal supernumerario, hay una cláusula que dice que se tiene que liquidar conforme a la Ley al personal supernumerario. No hay recursos ni de la segunda quincena de septiembre que se les debe, no recibirán el mes de octubre completo y con esto heredaremos una renovación de contrato en automático”, dijo el panista. Añadió: “Se debe liquidar al personal conforme a derecho, si no se liquida, automáticamente se pude renovar el contrato de los supernumerarios”.
Fuente: La Jornada Jalisco