Pero Estados Unidos nunca dejó de ser una suerte de “ropaje hecho de retazos que se puede deshacer con facilidad por las costuras” y volver a sus orígenes, dividiéndose en norte y sur. En este sentido, “nadie puede descartar que el sur se desplace hacia México, de cuyas tierras se apoderaron los estadunidenses en 1848.
Y son más de 2 millones de kilómetros cuadrados”. Así lo afirma el presidente del Consejo de Seguridad de Rusia, general Nikolai Patrushev, en una extensa entrevista que publicó ayer el diario oficial Rossiskaya Gazeta, la víspera de que se inaugure la segunda “cumbre por la democracia”, patrocinada por la administración de Joe Biden.
Considerado una de las personas más cercanas al presidente Vladimir Putin, Patrushev arremetió con todo contra Estados Unidos y desde el principio lanzó la misma advertencia que –de un tiempo para acá, conforme aumenta la tensión en los campos de batalla en Ucrania y fuera de ellos, con quien suministra a Kiev apoyo financiero y militar–, se escucha en cualquier intervención de un representante del Kremlin: “Rusia posee armamento moderno único que es capaz de destruir a cualquier adversario, incluido Estados Unidos, en caso de que su existencia se vea amenazada”.
Respecto de la cumbre virtual que organiza Washington, critica que “mientras proclama lemas democráticos de forma oportunista e inapropiada, lleva mucho tiempo siendo el campeón en materia de violación de la soberanía de los estados, en el número de guerras y conflictos que desató y en la caza brutal e ilegal de ciudadanos de otros países”.
Por eso, ejemplifica, “los líderes de América Latina no ocultan que se ha vuelto generalizado el convencimiento de que Estados Unidos juega un papel destructivo. La base de Guantánamo se considera un robo directo de la soberanía cubana. Y este es sólo uno de los muchos ejemplos de la permanente usurpación de la independencia de los países latinoamericanos”, señala.
Juan Pablo Duch, La La Jornada