Empeñadas en disipar los temores de la población y las críticas que recibieron por el manejo de la pandemia de covid-19, las autoridades de salud federales relajaron las medidas para prevenir contagios y remarcan la baja de ocupación hospitalaria por esa enfermedad.

Sin embargo, algunos especialistas opinan que los contagios –como el reciente del presidente López Obrador– siguen y, tras las terribles secuelas de la pandemia, el gobierno debe mantener la campaña para educar a la población y aprender a convivir con la enfermedad.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– El llamado “Quédate en casa” de hace tres años, cuando la pandemia de covid-19 alcanzó a México y lo puso de cara a la muerte, hoy sólo es un triste recuerdo que la mayoría de la gente quiere borrar mientras va al cine o a un concierto sin cubrebocas, hace fila en un restaurante para comer sin restricciones y ya no se preocupa por si hay camas disponibles en los hospitales, medicina especial en las farmacias, tanques de oxígeno o cualquier tipo de vacuna para protegerse.

El relajamiento de las medidas sanitarias contra el SARS-CoV-2 no sólo se ve entre la gente de a pie, sino entre el mismo gobierno federal y las autoridades sanitarias que parecen haber olvidado el peligro después de que, a tropiezos y errores, atendieron la emergencia de salud más grave de la historia reciente en el país, que dejó 7.45 millones de contagios y 333 mil 876 defunciones oficiales confirmadas, sin tomar en cuenta el exceso de mortalidad.

Sin embargo, una muestra clara de que los contagios siguen en la sexta ola de la enfermedad, es el del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, quien el domingo 23 tuvo un “desmayo transitorio” mientras estaba en Mérida, Yucatán, que lo obligó a suspender su gira de trabajo.

A las pocas horas informó en sus redes sociales que, por tercera vez, lo atrapó el virus, a sus 69 años y con antecedentes cardiacos y de hipertensión arterial. Especialistas coinciden en que, aunque la pandemia ya no sea tan grave, deben seguir las campañas de prevención y vacunación y preparar el sistema de salud para posibles rebrotes o nuevos virus.

“Cuadro clínico leve”

El martes 25, en la conferencia en Palacio Nacional, el secretario de Salud, Jorge Alcocer, informó que, según el comportamiento del virus a tres años, “el cuadro clínico de las afecciones actuales es leve, con síntomas de inflamación de las vías respiratorias altas; es decir, del tracto respiratorio de la nariz, de la garganta y, desde luego, con fiebre y cansancio”.

Esa, dijo, fue la sintomatología que tuvo López Obrador, quien mejoró “con la toma de paracetamol, de líquidos y descanso”. Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, explicó que la pandemia de covid-19 “va en buena reducción”, pues, tras una meseta de ocho semanas de contagios a la baja, entró en una reducción más rápida.

Hasta ese día la ocupación hospitalaria por enfermedad respiratoria estaba en 3% de camas generales y 1% de camas para personas “críticamente enfermas”; es decir, con intubación. Y añadió: “Es muy probable que estos números, 3% y 1%, o cifras semejantes, sea ya el comportamiento general de la ocupación hospitalaria para enfermedad respiratoria aguda.

No necesariamente representa covid”. Y destacó que el indicador de mortalidad en las últimas dos semanas registra “menos de dos dígitos” en promedio diario. El subsecretario añadió que la expectativa de la infección por SAR-CoV-2 es que “permanezca ya por siempre en la humanidad, como una enfermedad respiratoria”. Sobre la cobertura de vacunación a escala nacional, dijo que se alcanzó 84% en general, del cual 91% son personas de 18 años en adelante; 64% son de 12 a 17 años y 61% de 5 a 11 años.

En la Ciudad de México, según cifras de la Secretaría de Salud (Sedesa), la pandemia también va a la baja, aunque las autoridades ya no dan conferencias sobre el tema, sólo emiten reportes semanales. En el más reciente informe (el 24 de abril) se registró que al 16 de abril 100 personas estaban hospitalizadas, de las cuales 69 ocupaban camas de atención general y 31 con ventilación artificial.

Y el acumulado de vacunación marca que ocho millones 659 mil 387 personas tuvieron su primera dosis (100.7%), ocho millones 134 mil 579, la segunda (94.6%); y sólo siete millones 667 mil 22 (89.2%) se pusieron el primer refuerzo con biológicos de Astra Zeneca, Pfizer, Moderna y Sputnik.

A partir del 21 de diciembre de 2022 en la Ciudad de México se comenzó a aplicar a los mayores de 18 años la vacuna Abdala, fabricada en Cuba, pero sin aprobación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hasta el 24 de abril se habían aplicado 257 mil 863 dosis.