Estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa "Isidro Burgos" se manifestaron este miércoles a las afueras del Palacio Nacional, en Ciudad de México, sede del Ejecutivo, e intentaron irrumpir en el recinto. La acción se llevó a cabo mientras el presidente, Andrés Manuel López Obrador, realizaba su conferencia de prensa matutina.
Los manifestantes derribaron con una camioneta una de las puertas, por donde ingresaron al lugar; no obstante, de inmediato fueron replegados con gases lacrimógenos y militares instalaron una especie de barricada para evitar el acceso.
Ante la irrupción, López Obrador informó, en su rueda de prensa, que a los manifestantes "los va a atender el subsecretario de Gobernación", Arturo Medina. Campamento Los estudiantes y familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en 2014 mantienen un campamento en el Zócalo de Ciudad de México, donde exigen un diálogo con el mandatario y piden justicia a casi 10 años del crimen.
No obstante, durante su estancia en el lugar han realizado diferentes ataques a sedes de dependencias públicas. "Ya es un movimiento en contra de nosotros, ayer rompieron vidrios en la Lotería Nacional, es un plan de provocación clarísimo, no vamos a caer en ninguna provocación, no va a escalar, quisieran que nosotros respondiéramos de manera violenta, no somos represores. Se va a arreglar la puerta y no hay ningún problema", dijo López obrador respecto a lo sucedido este miércoles y días anteriores. Sin embargo, el mandatario desligó de esas actitudes a los familiares de los jóvenes desaparecidos.
"La actitud, no de los padres, sino de los asesores y las organizaciones que supuestamente defienden derechos humanos, es una actitud en el mejor de los casos política" y "de confrontación" en contra de su administración. Insistió en que los familiares de los normalistas desaparecidos están siendo manipulados por el grupo que encabeza el senador Emilio Álvarez Icaza, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y grupos de derecha, avalados por gobiernos extranjeros que –a su juicio– quieren hacer daño a su administración.
"Lo que quieren no es que lleguemos a conocer la verdad y que se haga justicia, sino ya lo tienen como una bandera en contra de nosotros", expresó. En su declaración insistió: "Como que quieren distraernos para que no hagamos nuestro trabajo de la búsqueda de los jóvenes, ya no les queremos dar información porque no les tenemos confianza a los asesores, ellos ayudaron a dejar libres a quienes tengo pruebas participaron en la desaparición de los jóvenes".
"Avanzando" López Obrador reiteró que no quieren "para nada la confrontación" y, en un mensaje dirigido directamente a los padres de los desaparecidos, expresó que están "dedicados" y "avanzando mucho en la investigación".
Señaló que está "analizando y conduciendo todo" porque lo que le importa es "encontrar a los jóvenes" desaparecidos.
"Quiero tener más pruebas, porque quiero hablar con ellos; y pruebas de cómo se manipuló la investigación para proteger a ciertas gentes [...] Muchos de los padres ni siquiera tienen toda la información porque les prohíben los abogados hablar con nosotros, les mandé un informe a cada uno de los papás y las mamás, y no los quisieron recibir porque se los prohibieron los abogados", enfatizó.