Pese a que el Cártel de Sinaloa es una de las organizaciones criminales más grandes y peligrosas del mundo, vive una guerra interna desde la caída de su exlíder, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Y es que, mientras una facción del cártel es dominada por los hijos de Guzmán Loera, conocidos como Los Chapitos, la otra parte la dirige Ismael “El Mayo” Zambada, por lo que las células armadas de ambos grupos se han enfrentado en más de una ocasión.
Uno de estos choques armados ocurrió recientemente en el golfo de Santa Clara, en el estado de Sonora, en donde perdió la vida un importante operador de Los Chapitos identificado como Samuel Ibarra Peralta, alias “El Pía”. De acuerdo con las autoridades locales, el enfrentamiento se originó cuando un convoy de 35 camionetas del grupo criminal “Los Rusos” que operan para Zambada, llegó a Sonora para disputarle la plaza a sus antiguos socios del Cártel de Sinaloa.
Asimismo, se informó que además de Ibarra Peralta resultaron muertos otros 7 sicarios, mientras que la Policía arresto a 12 sospechosos y confiscó siete camionetas, de las cuales dos estaban blindadas. Según reveló la agencia EFE, luego del enfrentamiento los habitantes del golfo de Santa Clara suspendieron sus actividades por temor de salir a las calles.
Además, cooperativas de pescadores denunciaron que La Chapiza les “cobra piso”, es decir, extorsionan a los pescadores para dejarlos trabajar. Quién era “El Pía” Samuel Ibarra Peralta estaba identificado como jefe de plaza de Los Chapitos o La Chapiza en los estados de Sonora y Baja California, un cargo que asumió tras la captura de su hijo, Jesús Aurelio Ibarra, alias “Comandante Aurelio”, en junio de 2023.
Ambos operaban en Mexicali, Baja California, hasta el año 2021, año en que el bando de Los Rusos se estableció en la plaza. “El Pía” y su hijo se negaron a alinearse con los hombres del Mayo Zambada y se refugiaron en San Luis Río Colorado, en donde se aliaron con Los Chapitos para coordinar las operaciones del tráfico de drogas y armas en el Golfo de Santa Clara.
En esa región, el grupo criminal también controla el tráfico del pez totoaba, conocido como “la cocaína del mar” por su alto precio en Asia, y cuya pesca furtiva ha amenazado a la vaquita marina.