Autoridades del municipio mexicano de Taxco, en el estado de Guerrero, confirmaron este jueves la detención de dos hombres y de una mujer acusados de haber secuestrado y asesinado a una niña de 8 años.
Según el relato de los familiares, la menor, de nombre Camila, le había pedido permiso a su mamá para ir a jugar con una vecina a eso de las 13.00, hora local, pero a las 16.00, cuando la mujer llamó a la vecina para preguntar por su hija, esta le aseguró que nunca había llegado a su destino.
Poco después, la mujer empezó a recibir llamadas exigiéndole el pago de 250.000 pesos (unos 15.000 dólares) a cambio de la libertad de su hija, mientras que una vecina le mostró un video en el que se veía a Camila llegar al sitio donde se supone que había ido a jugar.
Tras estos acontecimientos, se interpuso una denuncia por su desaparición y se desplegó un operativo de búsqueda que concluyó horas más tarde, con el hallazgo de su cuerpo.
El video de los sospechosos Cámaras de seguridad captaron a la vecina, que negó que la niña estuviera en su casa, mientras transportaba un cesto de ropa hacia un vehículo aparcado en una calle cercana, donde rápidamente fue alcanzada por un hombre que llevaba una bolsa negra en los hombros, presumiblemente con el cadáver de Camila, que guardó en la maleta del automóvil.
Después, ambos se marcharon del lugar con rumbo
El audiovisual circuló rápidamente a través de las redes sociales y ocasionó que los vecinos rodearan la casa de los sospechosos para evitar su huida, trancaran la vía exigiendo justicia y atacaran algunos vehículos estacionados en las inmediaciones del predio que, presuntamente, pertenecían a familiares de los sospechosos.
Del mismo modo, la multitud enardecida sacó de la vivienda a los sospechosos y los agredió, en un intento de linchamiento que ameritó la intervención de la Policía.
Después de la brutal paliza, la mujer, responsabilizada por la turba del secuestro y asesinato de la menor, murió cuando la trasladaban al hospital.
Los otros dos jóvenes contra los que cargaron los residentes y que supuestamente eran sus hijos fueron llevados por agentes y militares.