Se conocían pero no convivían mucho, sobre todo por la diferencia de edades; Omar es cuatro años más grande que “Juan”. El menor fue atraído por la importancia que se daba a sí mismo Omar. Poco a poco trabaron amistad. “Juan” estaba la sombra de Omar Dueñas, quien le platicaba de sus “negocios” y de sus novias.

El 24 de ese mes por la mañana Omar Alejandro le marcó a “Juan” para solicitarle un vehículo. El amigo tomó la camioneta de sus padres. Según él, no sabía qué iban a hacer.

En el trayecto, Omar le dijo que iría a “ajustar cuentas” con una de sus “viejas” que se había pasado “de lanza”. Se refería a Darcy Losada.

—“¡No manches, la mataste!”, le gritó “Juan” a Omar Alejandro.

—“Cállate y sigue manejando”, respondió Omar a bordo de la camioneta en la que viajaban.

—“No me dijiste que se trataba de esto, no manches”, reviró “Juan” quien acató las órdenes.

Instantes atrás, ambos pasaron por Darcy a la heladería donde ella trabajaba. Omar le dijo a la joven que le pagarían el dinero que le debía y ella subió a la camioneta.

Según declaró “Juan”, Omar y Darcy se sentaron en la última fila de asientos, ella iba del lado del copiloto. Omar se mostró amable.

Ella le dijo que no quería saber nada más de él, que quería el dinero que le debía y la dejara en paz.

Para este momento el menor ya había detenido la camioneta en calles de la colonia Nativitas.

Omar le pidió a “Juan” que le pasara la bolsa, donde según él traía el dinero que le pagaría a Darcy.

La joven se volteó y fue en ese momento cuando Omar la tomó por el cuello, la tiró al piso de la camioneta y la estranguló.

Minutos después arrojaron el cuerpo de la joven en la colonia San Simón Ticumac, delegación Benito Juárez.

Regresaron a Atizapán, Estado de México, donde Omar le dio a “Juan” 300 pesos por la gasolina.

Se separaron con la promesa de no hablar nada de lo que había pasado.

El menor, estudiante de preparatoria, estaba de vacaciones cuando se enteró de que el homocidio de Darcy Losada ya había salido a la luz.

Esas vacaciones fueron un tormento, admitió ante la Fiscalía del Menor, según fuentes cercanas a la investigación, pues sabía que en cualquier momento irían por él.

Con Omar habló por teléfono en una ocasión para manifestarle sus temores. El jueves por la tarde, cuando los policías de la Fiscalía de Homicidios del DF llamaron a su puerta, supo que todo había sido descubierto.

“Juan”, sin antecedentes penales, ingresó el sábado a las 8 de la noche a la Comunidad para Adolescentes en Conflicto con la Ley.

El Universal