Web Analytics Made Easy - Statcounter
Domingo, 28 Abril 2013 17:29

Verdades y mentiras de Omar, el asesino de Darcy Destacado

Valora este artículo
(0 votos)

Darcy Mariel Losada Álvarez

El asesino confeso de Darcy Mariel Losada Álvarez, de 20 años, Omar Alejandro Dueñas Zamora, apenas dos años mayor que ella, se la pasó mintiendo gran parte de su vida, pero posiblemente en lo único que no mintió fue en su deseo de ser padre, sobre todo, cuando su novia le aseguró que estaba embarazada de él, con lo que bien pudo haber enderezado su vida.

 

En realidad, a la misma policía judicial capitalina que logró su captura, le resulta difícil discernir si alguno de sus testimonios que le sacaron durante los interrogatorios tiene visos de verdad o sólo se trató del desplante de un joven desorientado, que lo único que buscaba era alardear sobre sus hazañas sexuales.

Para explicar algunos detalles inéditos de la captura de Omar, se entrevistó al titular de la Fiscalía Central de Homicidios de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), Marco Enrique Reyes Peña, en su sede de la delegación de Azcapotzalco, y en donde consideró que el noviazgo que sostenía la pareja, era una relación tormentosa, pues tan pronto se enojaban, volvían a buscarse para volver a ser novios.

Fue en una de esas ocasiones, contó el fiscal, cuando Darcy le confió a su novio estar embarazada de él. Omar se habría portado efusivo, pero nada más. Sin embargo, contra su costumbre, acudió lo más pronto que pudo al domicilio de sus padres en el Estado de México, en busca de consejo.

Los padres, según el testimonio de Omar, lo alentaron para que enfrentara la situación con responsabilidad. Días después encontró a Darcy. Entonces, vino a su memoria lo que dijeron sus padres, pero una vez que se reunió con ella, su semblante se demudó al escucharla hablar con desparpajo de que ya no estaba embarazada porque había abortado.

Pero no bien se reponía de la desagradable sorpresa, cuando Darcy añadió otra más, pues le anunció, como si se tratara de un amigo al que le tuviera la más absoluta confianza, que ya tenía un nuevo novio. Por el tono en que lo dijo, esta vez el asunto iba en serio, y terminó por perturbar a Omar.

Del testimonio rendido por Omar a la policía de homicidios de Azcapotzalco, se desprende que la joven no mentía, dado que el despechado ex novio poseía el número de cuenta del Facebook de Darcy y pudo constatar que, en efecto, su ex novia estaba saliendo con otra persona. “Entonces, yo sí empiezo a sentir un odio por esa circunstancia. Y la empiezo a buscar, y la empiezo a amenazar”, declaró Omar sin pasar por alto la retahíla de denuestos que le profirió a su ex novia.

Pero ésta no sería la ruptura definitiva. El funcionario de la PGJDF, Reyes Peña, añadió que por difícil que parezca, “él comienza de nuevo a tener una relación con ella y vuelven a ser novios y vuelven a salir y luego otra vez se dejan y así están las circunstancias, cuando ella lo denuncia por robo, porque no sabe cómo justificar el dinero que se llevó Omar de su trabajo”.

El engaño antes del crimen

Si ha de creérsele por lo menos un ápice a Omar, parece ser que el desparpajo con que la joven trataba cosas que para él eran tan serias, provocó que éste se exasperara y en el paroxismo adoptaría la fatal decisión de quitarle la vida a Darcy.

Para llevar a cabo su plan, le pidió a su amigo, un menor de nombre Axel, que le consiguiera la camioneta de sus padres. Cuando se dirigían a la tienda de helados, le comentó en tono altanero que deseaba vengarse de su novia.

El argumento que desplegó ante ella resultó infalible. Después de asegurarle que la continuaba amando, le explicó que había ido hasta su trabajo para saldar una vieja cuenta que tenía con ella. La única condición que le puso fue que se subiera a la camioneta.

Pero como la joven receló de Omar, éste le pidió a su amigo que le mostrara “la cajita” donde estaban los 13 mil pesos que había sustraído de la caja registradora. El muchacho, entonces, tomó una caja de madera y le reiteró a Darcy que en el interior estaba su dinero.

A decir de testigos, la pareja se fue caminando por la avenida Plutarco Elías Calles, seguidos por la camioneta. Calles adelante, las cámaras de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal captaron el momento en que Darcy subió al vehículo. A partir de ese momento fueron grabados todos los movimientos que hizo la camioneta, incluso cuando se metió por arterias viales de la colonia San Simón Ticumac, donde sería golpeada con saña y dado que el celular de la joven fue accionado sin querer, los padres de la víctima, escucharían impotentes y angustiados parte del martirio a que fue sometida Darcy a manos de su verdugo. Por último, el victimario le aplicaría la denominada llave china, poniendo así, término a una vida plena.

Oculto tras varios nombres

El titular de la Fiscalía Central de Homicidios, Marco Enrique Reyes, tras destacar que la muerte de Darcy fue un caso dado a conocer por EL UNIVERSAL, admitió que el crimen no fue sencillo de resolver, comenzando porque Omar tenía varios domicilios y nombres falsos, y pese a que el conocimiento del crimen surcó en minutos las infatigables redes sociales.

“Por cierto, es una investigación que se inicia buscando, ya con mucha certeza, al probable responsable, ¿por qué?, porque la familia cooperó mucho en ese sentido y vino a decirnos que el ex novio de Darcy la había amenazado”.

Explicó el jefe policiaco que fue la madre de la joven quien inmediatamente después de ocurrida la desaparición de su hija acudió a varias agencias del Ministerio Público, intentando que la Policía de Investigación saliera en su búsqueda.

En primer lugar se dirigió a la Fiscalía de Iztacalco, y de ahí a la delegación Benito Juárez. A continuación enfiló sus pasos al Centro de Atención de Personas Ausentes (CAPEA), así como a la agencia 50 del MP. Sin embargo, a decir de Reyes Peña, ninguna de esas instancias judiciales contaba con un protocolo para buscar a mujeres desaparecidas.

“No era nada fácil. Si bien es cierto, que ya teníamos al primer gran sospechoso, también es cierto que no teníamos siquiera el nombre correcto. La mamá sabía que se llamaba de una manera y las amigas sabían que se llamaba de otro modo. Entonces, se complicaba la situación”.

También trataron de ubicarlo a través de Facebook. Sin embargo, en esa red social aparecía con otro nombre. “Aquí nos salta el tema del Estado de México. Es decir, este joven registraba domicilios que supuestamente tenia en el Distrito Federal. Sin embargo, sabíamos que él se movía por el Estado de México. Entonces, se ampliaba mucho más la búsqueda”.

El grupo de judiciales encargado de la investigación decidió abocarse a la búsqueda de un amigo que los condujera literalmente hasta la casa del asesino. Precisamente al tener conocimiento de que contaba con un amigo, de oficio cerrajero, en Atizapán, Estado de México, encaminaron sus pasos hacia esa zona.

En efecto, se trataba de la casa de los padres de Omar. El grupo de judiciales confiaba en que de alguna manera sus mismos padres los llevarían donde se encontraba oculto el hijo. No pasó mucho tiempo en que vieron aparecer a la mamá y al hermano de Omar. Pero él no se encontraba entre ellos.

La detención

En previsión de que pudiera ocurrir alguna cosa importante en cualquier momento, decidieron dar aviso a la policía judicial del Estado de México. Una vez reunidas ambas corporaciones decidieron montar una guardia. Desde donde se encontraban podían atisbar el lugar y darse cuenta de los movimientos de la familia que entraba y salía de la casa. La espera dio resultado. Uno por uno, los familiares de Omar fueron abandonando la casa. La última en hacerlo fue la hermana, a la que, sin que ésta se percatara, siguieron hasta la delegación de la PGR.

Cuando arribaron a las instalaciones de la dependencia, el joven asesino de Darcy estaba pagando su multa por haber incurrido en el delito de portación de arma de fuego. El personal de la PGR desconocía la verdadera identidad del detenido. Sin embargo, la oportuna llegada de los agentes judiciales capitalinos impidió que obtuviera la libertad y quedara impune el atroz crimen.

 

Pascual Salanueva Camargo / El Universal

Visto 811 veces