Posteriormente los secuestradores se comunicaron con la familia y exigieron el rescate en dólares, en tanto que la víctima fue esposada y confinada a un cuarto.
Sin embargo, la mañana del sábado el empresario aprovechó que dos de los plagiarios estaban dormidos, tomó un arma y disparó contra ellos. Uno falleció y el otro resultó con una herida en la cabeza.
La víctima logró salir del domicilio por una azotea y pidió ayuda en la casa de unos vecinos que llamaron a la Policía.