El fenómeno –urbano y vinculado a internet; por tanto, limitado– que calentó una campaña un tanto abúlica nacía el pasado 11 de mayo en la jesuita Universidad Iberoamericana. Un grupo de estudiantes se organizó para abuchear a Peña Nieto, quien había acudido al campus para participar en un encuentro con los alumnos. El PRI descalificó a los manifestantes, al tildarlos de gente ajena a la institución educativa y «acarreada» por sus rivales políticos.
En horas, 131 de esos chavales colgaron un vídeo en Youtube donde mostraban sus carnés universitarios. En minutos, «Twitter» era un hervidero de muchachos que les mostraban su apoyo bajo el lema #Yosoy132. Y en días, las calles bullían con marchas donde menudeaban eslóganes como «Ni un voto al PRI» o «Televisa te idiotiza».
Su ideario es simple: Impedir el regreso del PRI al poder, pues, a su juicio, significaría el retorno de un pasado autoritario. Y «democratizar» los medios de comunicación, los cuales estarían detrás de un candidato al que consideran mera fachada tras la que se ocultan los «poderes fácticos».
Al carro universitario trataron de subirse los rivales de Peña: tanto Josefina Vázquez Mota, del conservador Partido Acción Nacional (PAN), como Andrés Manuel López Obrador, de una coalición de izquierda. Con mayor fortuna para este último: según las encuestas, Obrador casi ha doblado sus expectativas de voto entre quienes debutarán en las urnas, jóvenes de entre 18 y 23 años.
«La gente piensa que estamos a favor de López Obrador, están acostumbrados a pensar que la política se hace a través de partidos y no hay plataformas que vinculen a gente fuera de esos partidos con la vida política del país», se defiende María José López, portavoz del movimiento en la «Ibero».
De momento, aseguran que este 1 de julio desplegarán 3.000 observadores para velar por la limpieza de la jornada electoral. Lo que venga después es una incógnita. «Depende en gran medida de qué pase y cómo pase este domingo. Veamos lo que tenemos por delante y luego se verá lo que viene después. Organicemos el ahora, ganemos nuestro mañana y discutamos después nuestros ‘despueses’», les arengó el octogenario Adolfo Gilly, profesor de Historia y Ciencia Política, en la asamblea realizada en la Universidad Autónoma Metropolitana.