En la entrevista, el miembro del equipo de Josefina Vázquez Mota puntualiza los nombres de los funcionarios que le dieron la espalda: Alejandro Poiré, Gobernación; Heriberto Félix Guerra, Desarrollo Social; Bruno Ferrari, Economía; José Antonio Meade, Hacienda; Dionisio Pérez-Jácome, Comunicaciones y Transportes; Gloria Guevara, Turismo; Juan Rafael Elvira, Semarnat, y José Luis Luege, Conagua.
Aguilar destaca que Margarita Zavala, la esposa del presidente Felipe Calderón, fue una de las panistas más entregadas para respaldar la campaña de Vázquez Mota, y rescata el desempeño de Juan Ignacio Zavala.
Por el contrario, reprueba el papel de Felipe Calderón: “Tuvo su candidato original, y se le murió. Luego hizo un juego a la antigüita, tipo el PRI: dejar que los secretarios jugaran para ver a quién le tocaba”.
—Pero, ¿cabe en la cabeza de algún gobernante lúcido querer entregar el gobierno a otro partido que no sea el suyo, sólo porque no pudo imponer a su candidato? —preguntó el reportero Raúl Tortolero.
—Yo creo que no. No lo puedo entender. En términos de estadista, es un suicidio… a menos que hayas pactado. Quiero pensar que no fue así.
— ¿No ves signos de esta entrega?
—Sí los veo.
—El coqueteo con Peña Nieto, los acuerdos secretos del Estado de México…
—Estoy de acuerdo contigo.
—‘Fue un error de Josefina nombrar a Gil’
—En el caso de Roberto Gil, el coordinador general de la campaña albiazul, el problema fue que tenía tres agendas: una, lealtad al presidente Calderón, porque viene de allá; dos, buscar que nada se interpusiera en su camino a ser senador, y tres, coordinar la campaña.
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