Por eso es más probable que no sea un olvido sino una maña que el “pequeño detalle” del pasivo laboral de ambas empresas no quedara en la Reforma Energética. Las modificaciones constitucionales están muy preocupadas en dar todas las garantías a los inversionistas privados, pero no indican qué es lo que se debe hacer con esa planta laboral y las deudas que arrastra. Los empleados de Pemex y CFE son privilegiados en un país en el que millones fueron enviados al outsourcing. Son trabajadores con seguridad social que no ha sido tocada, aún cuando millones perdieron derechos laborales gracias a la Reforma impulsada por el Senador Javier Lozano.
La lógica del gobierno federal, en ideas y números gruesos, es que esas dos grandes empresas mexicanas, Pemex y CFE, sean supuestamente autónomas y operen con independencia financiera y a mar abierto frente a competidoras globales. Eso dice la nueva ley.
Pero en los hechos, esas supuestas empresas autónomas deberán cargar un bloque de cemento –su pasivo laboral– que las pondrá fuera de forma para competir en condiciones similares a las que lleguen al país.
Esto significa que no podrán defenderse en igualdad de circunstancias porque la planta laboral, que responde al Partido Revolucionario Institucional (PRI), no perderá sus privilegios mientras que la empresa tratará de competir con otras extranjeras que no tienen esa carga.
Es muy probable, porque los números son demasiado altos (se calcula el pasivo laboral de Pemex en 4 billones y el de CFE en dos) que el gobierno haya dejado esta discusión deliberadamente a un lado para no generar ruido en los sindicatos; para simplemente liquidar esa planta en el día a día y conforme a las necesidades, y para esconder que a mar abierto, Pemex y CFE competirán en desigualdad.
En pocas palabras: el diseño que se hizo para Pemex y CFE indica que la apuesta de “los reformadores” es que se hundan lo más pronto posible.
No le van aplicar a los dos sindicatos priistas la Reforma Laboral porque tendrán miles de votos adversos en la próxima elección y porque defenderán un sindicato que responde a los intereses del gobierno.
A lo único que suena este “olvido” es a que el proyecto federal apuesta a que las deudas hundan, en el menor tiempo, a esas dos empresas que durante años sirvieron a los mexicanos.
Sinembargo