Para llevar a cabo su experimento, los investigadores tomaron células de la piel de tres categorías de voluntarios: personas sanas de mediana edad, mayores (de cerca de 80 años) y jóvenes con una enfermedad específica que provoca el envejecimiento acelerado.
El colorante logró mejorar las muestras de la piel debido a su capacidad de prolongar la vida de los fibroblastos, que son responsables de la formación de vasos sanguíneos, de la curación de lesiones de la piel, de la síntesis de colágeno y de la elastina, entre otros procesos.
Asimismo, los biólogos también determinaron que el efecto del impacto del colorante sobre la piel no es temporal: los cambios se observaron incluso después de que terminara la investigación.
Según los científicos, el uso del colorante azul de metileno en la concentración requerida no conduce a la tinción de azul, por lo cual creen que en el marco de futuros experimentos podrían comprobar que este colorante es capaz de retrasar el proceso del envejecimiento.