Según la Oficina de Operaciones de Comercio Marítimo del Reino Unido (UKMTO), los sistemas de identificación automática de buques (AIS) están detectando coordenadas ilegibles, mostrando buques en puertos iraníes, los desiertos de Omán e incluso cerca de Dubái, lo que ha generado caos en el transporte marítimo.
Entre los buques afectados se encuentran XNUMX buques portacontenedores de gran tamaño (VLCC) que transportan crudo, lo que amenaza la estabilidad del suministro energético. Los expertos atribuyen la interferencia a Irán, que está reforzando sus defensas en medio de la escalada del conflicto con Estados Unidos e Israel.
La campaña comenzó tras los ataques estadounidenses contra las instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahán el domingo por la noche. Según Reuters, es probable que las fuerzas iraníes estén utilizando estaciones de interferencia terrestres a lo largo de la costa del Golfo Pérsico para distorsionar las señales GPS y AIS, obligando a los buques a recurrir a sistemas de navegación alternativos.
Los analistas afirman que Irán ha empleado tácticas similares en el pasado para proteger sus aguas de la vigilancia y los ataques. Los buques afectados incluyen grandes petroleros como los superpetroleros (VLCC), que transportan millones de barriles de petróleo desde Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos a Asia y Europa.
Según la empresa de seguridad marítima Windward, algunos buques recibieron coordenadas falsas que indicaban su presencia en zonas desérticas de Omán, mientras que otros fueron reubicados en puertos iraníes como Bandar Abbas. Esto crea riesgo de colisiones y dificulta la coordinación de las operaciones de rescate.
Las autoridades marítimas omaníes afirmaron haber registrado ya tres incidentes con desorientación de tripulaciones.
El conflicto, que comenzó en junio de 2025 con ataques israelíes contra infraestructura iraní, se intensificó tras la intervención estadounidense, que atacó instalaciones nucleares.
Irán respondió con ataques con misiles contra ciudades israelíes y amenazó con cerrar el estrecho de Ormuz.
Según la agencia de noticias iraní Tasnim, Teherán considera la interferencia del GPS como parte de una estrategia para proteger sus intereses, incluyendo impedir el reconocimiento de drones estadounidenses como el RQ-4 Global Hawk, ampliamente utilizados en la región.
En respuesta a la situación, el Pentágono ha aumentado la presencia de la Armada estadounidense en el Golfo Pérsico, enviando un destructor para escoltar a los buques mercantes. Según medios estadounidenses, Estados Unidos también ha desplegado sistemas satelitales para compensar las interferencias, pero la eficacia de estas medidas es limitada.
En los Emiratos Árabes Unidos, puertos como Jebel Ali han suspendido temporalmente el transporte marítimo a la espera de que la situación se estabilice.
Los analistas advierten que la persistencia de las interferencias podría provocar accidentes, especialmente en este estrecho con gran tráfico.