El material supernegro está desarrollado para ser aplicado en estructuras sensibles a la temperatura, como el aluminio. Podría, por ejemplo, mejorar la capacidad de los telescopios para ver las estrellas más débiles y otras imágenes del Universo. También parece interesar en el ámbito militar. «Estamos aumentando nuestra producción para responder a los requerimientos de nuestros primeros clientes en los sectores espacial y de defensa, y ya hemos enviado nuestros primeros pedidos», dice Ben Jensen, jefe de tecnología de la compañía, en un comunicado.
El material consiste en una especie de apretadísima malla de nanotubos de carbono sobre un papel de aluminio. Están tan juntos que los fotones no tienen forma de escapar. Por este motivo, la negrura es tal que no se pueden apreciar los detalles del material: sus relieves, si está arrugado o doblado... No hay nada, es como asomarse al más profundo de los abismos.
Es bastante difícil que este supernegro llegue al mundo de la moda. Un vestido hecho con este material -la compañía no ha desvelado su precio, aunque reconoce que saldría un traje «muy caro»-, resultaría realmente extraño. Según explica Jensen en The Independent, no se verían las características del vestido, sino simplemente una forma negra. No habría nada allí.
ABC