La notable oposición de Leclerc se queda en nada ante el número uno. Carlos Sainz saldrá tercero en una estupenda prestación. Mal día para Fernando Alonso, decimoquinto y eliminado en la Q2. Le gusta a Verstappen añadir un cierto dramatismo a su relato cada vez que se sube a un coche de Fórmula 1.
En la lucha por la pole en Miami dio el primer aviso que sonó falso como una moneda de chocolate. «Siento mal el embrague», bramó por radio.
De inmediato le calmaron desde su garaje. «El embrague está bien».
Y el neerlandés se dedicó a lo suyo: hizo el mejor tiempo en la Q1, casi empatado con su compañero Sergio Pérez.
En un tramo estresante por la igualdad y las dudas con los neumáticos, Fernando Alonso se salvó por un suspiro. Se quedó a un escalón de la eliminación, puesto quince sin velocidad en el Aston Martin.
Carlos Sainz registró una buena marca, a solo dos décimas de Verstappen y con opción de luchar por la primera línea. Los problemas llegan para Alonso en el segundo asalto. No pasa a la Q3, se queda atascado en la Q2, casi con la misma cara que en la Q1. Decimoquinto clasificado, muy lejos de su estatus y de sus adversarios. Por primera vez en la temporada, no hay ningún Aston Martin en la Q3.
También se cae Lance Stroll, undécimo en la lista.
El año pasado Alonso clasificó segundo y subió al podio como tercer clasificado en Miami. Aston Martin no está. Encabeza esta vez Leclerc, muy rápido el Ferrari por delante de Verstappen, en espera de que alguna emoción vuelva a la Fórmula 1 en la disputa por la pole.
Carlos Sainz está en tierra de nadie, séptimo. La Q3 no decreta ninguna sorpresa. Verstappen logra la pole al primer intento, que nadie mejora en el segundo.
Todos los intentos de Leclerc, el trabajo en las fábricas, el Ferrari con retazos azules, nada puede con el neerlandés. Sainz realiza un magnífico trabajo, tercero en la salida de un gran premio en el que casi imposible adelantar.