Pero, por lo general, la barrera de los 35 es un buen momento para empezar a plantearse cambiar de vida. Eso es lo que hicieron algunas de las actrices que presentamos en este artículo, que a pesar de tener trayectorias vitales muy diferentes, comparten todas ellas una misma peculiaridad: haber dado un giro de timón antes de que fuese demasiado tarde. Echar un vistazo a estas historias, que fueron recopiladas en el documental After Porn Ends, nos enseña unas cuantas lecciones sobre la vida (y nuestros prejuicios). ¿Qué fue de todas esas estrellas del VHS? (Léase el artículo escuchando de fondo la versión de «With a Little Help from My Friends» de Joe Cocker que sonaba en la cabecera de Aquellos maravillosos años).
Asia Carrera
La carrera –valga la redundancia– de una de las grandes estrellas de los años 90 es bastante peculiar, puesto que se trata de una persona de un coeficiente intelectual desmesurado. Su padre era japonés y su madre, alemana: a los 13 años era capaz de interpretar al piano a Johann Sebastian Bach. Sin embargo, las dificultades económicas la obligaron a trabajar primero como stripper para pagar unos estudios que, un año más tarde, abandonó para convertirse en una estrella del porno. Más de 300 películas después, se retiró y actualmente vive en Utah, un Estado donde la pornografía es ilegal, con sus dos hijos, producto de su relación con el nutricionista fallecido Don Lemmon. Carrera, sobrina de la actriz Tia Carrere, es miembro de MENSA, la organización internacional que reúne al 2% de las personas más inteligentes del planeta.
Tyffany Million
Puede que Million no sea la actriz más popular del listado, pero pocas historias resultan más peculiares que la de esta luchadora de wrestling que abandonó los rings para centrarse en el porno y aparecer en más de un centenar de grabaciones eróticas. Actualmente está casada y es madre de dos niños. Además, ha contribuido a combatir la prostitución testificando en un juicio contra un club de striptease en San Bernardino y se define a sí misma como una libertaria feminista. Por si fuera poco, consiguió la licencia de cazadora de recompensas, como mostró en el reality Wife, Mom, Bounty Hunter (es decir, Esposa, madre, cazadora de recompensas). Una mujer de armas tomar.
Amber Lynn
Laura Allen, más conocida como Amber Lynn, es una de las grandes estrellas de los años ochenta. La hermana del realizador Buck Adams y amiga de las actrices Ginger Lynn y Porsche Lynn –no, no son familia– comenzó a sospechar del negocio de la pornografía después del escándalo por la minoría de edad de Traci Lords y el suicidio de su amiga Shauna Grant en 1984, pero ello no impidió que volviese a trabajar durante los años noventa. Adicta a las drogas y al alcohol, y después de operarse para aumentar su pecho de la talla B a la E, Lynn decidió desintoxicarse en el año 2000 y, aunque aún actúa ocasionalmente en escenas lésbicas, su vida ha cambiado por completo.
Mary Carey
¿La Cicciolina americana? Carey llegó a ganar 300.000 dólares al mes gracias a su descomunal talla de pecho, la misma que le había obligado a abandonar el equipo de animadoras por dar demasiado la nota. Pero la actriz pasará a la historia no por sus dotes interpretativas ni sus dotes amatorias, sino por haber competido contra Arnold Schwarzenegger en la carrera por ser gobernador de California. En su programa figuraba gravar con impuestos los implantes de silicona y retirar todas las armas de las calles. Si hubiese nacido en España, Carey probablemente habría formado parte del Círculo Porno de Podemos. Se retiró en 2008 y ahora presenta el talk show Politically Naughty with Mary Carey.
Raylene
La historia de Stacey Briana Bernstein nos enseña cómo el amor lo puede todo. Raylene consiguió desintoxicarse después del nacimiento de su hijo: “Mirarle me hace recordar lo valiosa que es la vida”. Actualmente, trabaja como agente inmobiliario y ha montado el proyecto para la Fundación médica para la atención de la industria de adultos. Sin embargo, como ocurre en tantos casos en los que la economía no acompaña a los deseos de las actrices, Raylene volvió al negocio en 2009, hasta que en enero de 2014 anunció en Twitter que lo dejaba para siempre.
Crissy Moran
Una de las menos prolíficas de la lista, Moran se convirtió en una gran estrella de la red durante la pasada década hasta que vio la luz y encontró a Jesucristo. Si cierra este listado es porque desde 2006 se ha convertido en una de las grandes activistas en contra de la industria de la pornografía y ha intentado, sin éxito, que desaparezca toda la evidencia gráfica sobre su paso por el porno. “Me preguntaron que si creía en Dios y procedieron a predicar el evangelio”, explica sobre su conversión. “Empecé a llorar y me preguntaron si quería volver a buscar una dedicación en mi vida. Dije que sí. Después de eso, no volví a rodar ni a aceptar ingresos de la pornografía”.
El Confidencial