Este miércoles, la batalla dialéctica entre Estados Unidos y Rusia advirtió del inminente enfrentamiento bélico entre las dos superpotencias en Siria. “¡Prepárate Rusia, porque [los misiles] llegarán hermosos, nuevos e inteligentes!”, ha manifestado Donald Trump. Horas antes, oficiales rusos anunciaron un potencial contraataque “contra los misiles” y las lanzaderas de tiro del ejército estadounidense en caso de una incursión. “Nuestra relación con Rusia está peor que nunca”, ha sentenciado el líder de la Casa Blanca en su cuenta de Twitter, “incluido el periodo de la Guerra Fría”.
“24 o 48 horas” fue el plazo marcado por Trump el pasado lunes para anunciar su resolución. Pero el factor sorpresa es clave en una operación de castigo, por lo que todavía es una incógnita el día de inicio o la duración. Mientras, Washington da síntomas de estar preparando una operación a gran escala: Trump ha cancelado la agenda de esta semana —tenía previsto viajar a América Latina—, el secretario de Defensa, Jim Mattis, ha suspendido su visita a la Costa Este y el mandatario ha mantenido conversaciones con los gobiernos francés y británico. Además, la agencia de tráfico aéreo Eurocontrol ha alertado a las compañías de posibles ataques aéreos en las próximas 72 horas y Estados Unidos ha desplegado sus portaaviones en el este del Mediterráneo. La carrera armamentista ha comenzado, pero ¿qué consecuencias puede tener una campaña a gran escala contra Al Asad?
“Está a punto de comenzar un conflicto entre las dos superpotencias del mundo”, afirma a El Confidencial Max Abrahms, experto en terrorismo y seguridad en la Universidad del Nordeste de EEUU. El profesor cree que Trump está forzado a lanzar una misión superior a la de 2017, puesto que ha criticado duramente la inacción de Obama en 2013 y está rodeado de un 'establishment' militar probelicista. “No es ninguna broma. Es un polvorín. Siria es el país más peligroso del mundo y su situación es más peligrosa que la de Corea del Norte. Estamos a punto de empezar la guerra geopolíticamente más relevante y que trasciende los límites de Siria”, mantiene Abrahms.
El paso de los días sin que el mandatario estadounidense anuncie la decisiva operación sobre Damasco podría indicar que se prepara una incursión de gran envergadura. “Cuanto más tarde en ejecutar la operación, mayor capacidad aérea tendrá EEUU en la región”, apunta Abrahms, que recuerda que los bombardeos tendrán lugar durante la noche —en Siria— y, de igual modo que en la agresión a Shayrat, el Pentágono lo notificará previamente a Moscú, “puesto que comparten una línea de distensión”.
Una guerra mundial moderna
Pero una embestida de varios días contra numerosos objetivos del ejército sirio, y de activos iraníes, podría provocar un conflicto internacional, “una Tercera Guerra Mundial”, sigue Abrahms, en la que las potencias implicadas —EEUU, Francia, Siria, Rusia, Irán— entrarán en una guerra que desencadenará nuevos combates. “Probablemente Irán contraatacará contra Estados Unidos; Hezbolá atacará a Israel, y esta circunstancia fortalecerá a ISIS y a Al Qaeda”, pronostica el profesor, quien insiste en que esta será una guerra diferente a las anteriores tradicionales del siglo XX porque se hará uso de “misiles de crucero [larga distancia], combate a través de 'proxies', ataques al norte de Israel, ciberataques y 'jaming' de drones”.
Pero el ejército estadounidense mantiene una posición vulnerable en el noreste del país, donde están desplegados 2.000 efectivos de sus tropas que prestan apoyo y entrenamiento a su aliado kurdo-sirio de las Fuerzas Democráticas Sirias. “Muchas cosas podrían salir mal, y estoy preocupado por la capacidad de nuestros chicos de defenderse”, ha declarado el congresista demócrata Stephen F. Lynch, “varios de ellos están ahí y no tienen maquinaria pesada. No están bien armados. Es una situación frágil en que las cosas podrían salir mal de manera muy rápida”.
Inevitablemente, el inesperado giro del laberinto sirio, en un momento en que parecía que podía iniciarse un asentamiento político para el periodo final de los combates, tendrá graves consecuencias para los más castigados de la guerra: los civiles. Porque probablemente Al Asad y Rusia responderán asfixiando, con una campaña de bombardeos, las zonas opositoras como Idlib, la zona rural de Alepo y Hama o Guta oriental. La misión del Pentágono también tendrá consecuencias políticas e interrumpirá definitivamente cualquier alto el fuego, zonas de distensión y conversaciones de paz.