Shelly McCullar publicó en las redes sociales una foto y un video de su hijo Anthony usando lo que parece ser una camisa de McDonald. Sin embargo, al mirarla de cerca resulta evidente que esta camiseta roja y amarilla no es una inocente publicidad de la cadena de hamburguesas y patatas fritas. En lugar de los arcos dorados que simbolizan a McDonald’s se puede ver un par de piernas de mujeres abiertas y dobladas.
Sin embargo, McCullar no lo sabía. Hace poco, un amigo les regaló piezas de ropa usada y ella todavía no la había revisado cuando Anthony decidió estrenarse una de las camisetas. “Me gustaría aclarar que nunca le hubiera permitido a mi hijo usar algo así”, afirmó en la publicación de Facebook. Al parecer, otros padres se sintieron identificados ya que hasta el momento la publicación ha conseguido 110.000 compartidos y 92.000 “me gusta”.
“No soy una persona madrugadora”, le confesó McCullar a Yahoo Vida y Estilo. “Dos de mis tres hijos tampoco son madrugadores, mi hijo es uno de ellos. Por eso, las mañanas generalmente son caóticas y aceleradas… tenemos mucha prisa”.
A eso se le suma que Anthony estaba superando una bronquitis, “así que tuvimos que agregar el tratamiento de respiración a una rutina matutina ya de por sí bastante ocupada”, explicó. “Me centro en prepararme y que mis tres hijos estén listos para salir por la puerta a tiempo, no me fijo en los detalles de las camisetas que eligen”.
Además, McCullar apunta que el niño de 9 años es capaz de vestirse solo, por lo que no revisa su atuendo antes de salir por la puerta. El hecho de que tenga otras dos camisetas similares, pero una sin las piernas de una mujer, tampoco fue de gran ayuda. “No pensé que se pondría esa camiseta usada”, afirmó. “Y cuando nos íbamos no me di cuenta porque llevaba una chaqueta puesta”.
La madre no fue la única que pasó por alto la provocativa camiseta. En el vídeo que McCullar publicó de Anthony, este afirmó: “Pensé que era de McDonald’s”. El niño cuenta que sus maestros también “pensaron que era McDonald’s”, y por eso sobrevivió todo el día con la camiseta intacta.
“No tuvo problemas, es probable que llevara la chaqueta durante casi todo el día”, compartió McCullar. “Su profesora de gimnasia debe haberse dado cuenta durante la clase de educación física, porque Anthony me dijo que le había pedido que se pusiera la chaqueta de nuevo. Ella no le dio importancia ni le llamó la atención, por lo que no entendió muy bien por qué le había pedido que se pusiera la chaqueta”.
El amigo que les regaló la ropa tampoco estaba al corriente de la imagen de la camiseta ya que en realidad no era suya. “Se la había dado un familiar para sus hijos”, explicó McCullar. “Cuando sus hijos eligieron lo que querían, me preguntó si me gustaría quedarme con el resto. Al ser una madre soltera, siempre agradezco que me den ropa usada de buena calidad. Pero él no era consciente de la imagen de la camiseta y me pidió disculpas”.
McCullar solo se dio cuenta del error cuando su hijo volvió de la escuela. “El miércoles, después de la escuela, mientras estaba trabajando recibí un vídeo de mi sobrina. Tardé unos segundos darme cuenta de qué se trataba. Cuando lo comprendí, mi corazón se aceleró y sentí que me ponía roja de la vergüenza”.
Apenas llegó a casa, revisó el resto de la ropa. “He revisado la ropa”, confirmó. “La mayoría de las prendas son demasiado grandes como para que mi hijo las use, así que las he apartado para mis sobrinos, por si quieren usarlas. ¡Gracias a Dios, no había nada más inapropiado!”.
McCullar ha mantenido una excelente actitud en todo este asunto e incluso pudo verlo con sentido del humor. “¡Aunque pasé vergüenza, me he reído de mí misma!”, admitió en Facebook.
De hecho, quizá se quede con la camiseta como recuerdo. “La camiseta está escondida en la parte superior de mi armario”, dijo. “Aún no he decidido qué hacer con ella. He estado guardando algunas de las camisetas que mis hijos han dejado de usar a lo largo de los años para confeccionarles edredones de camisetas cuando sean mayores, y pensé que podría incluir esta”.
Eso, o la subastará y se la llevará alguna de las muchas personas interesadas, lo creas o no.