Eso es lo que concluyó esta semana una corte en Armenia, al condenar al joven ruso Georgiv Avanesov a cumplir cuatro años en prisión por infectar millones de aparatos.
Alquiler de computadoras
Según la investigación, impulsada por las autoridades rusas y holandesas, sus actividades delictivas se articulaban en torno al virus troyano conocido como BredoLab.
Este virus se propagaba mediante el pirateo de determinadas páginas de internet como Facebook, Skype o Amazon, a través de las cuales el usuario recibía correos electrónicos maliciosos con un documento adjunto HTML que, una vez abierto, infectaba su computadora.
Una vez controlados los aparatos, el pirata informático alquilaba partes de su red de botnets a terceras personas que las usaban para sus propios cometidos delictivos.
No fue hasta 2009 que las autoridades empezaron a ser conscientes de la dimensión de BredoLab y llevó un año más a policía holandesa el confiscar un total de 143 servidores ubicados en el país para controlar las millones de computadoras de forma centralizada.
Poco después, Avanesov era detenido en el aeropuerto Yerevan de Armenia, donde fue juzgado y sentenciado a cuatro años esta semana.
La condena armenia ha sido considerada histórica, ya que jamás antes el país había impuesto una pena de cárcel a un delincuente cibernético.
Según manifestó Graham Cluley, consultor tecnológico en el centro de seguridad computacional Sophos, los beneficios del negocio permitieron a Avanesov vivir un desenfrenado ritmo de vida, con "viajes en jet a las Seychelles con su atractiva novia".
El zar del spam
No es la primera vez que las autoridades de un país condenan las actividades de un joven "zar del spam". Este es el apodo con el que se conoció a Oleg Nikolaenko, ciudadano ruso de 25 años que desde 2010 permanece retenido en una prisión estadounidense a la espera de juicio.
Las autoridades acusaron a Nikolaenko de llegar a ser responsable de un tercio de los correos basura en circulación, a través de la red de botnets Mega-D.
Rusia es considerada por los expertos en seguridad, una "cuna" de jóvenes piratas informáticos, debido a un sistema educativo que enfatiza la enseñanza de ingenierías y matemáticas, pero cuyo mercado laboral no ofrece oportunidades a las nuevas generaciones de talentos informáticos.
Por este motivo, se cree que jóvenes como Avanesov y Nikolaenko se ven tentados en participar en este tipo de negocios ilegales en internet, que según la fabricante de programas Suymantec generan al año unos US$114.000 millones.